La bendición de la intimidad
“Y Jehová dijo a Moisés: Alísate dos tablas de piedra como
las primeras, y escribiré sobre esas tablas las palabras que estaban en las
tablas primeras que quebraste. Prepárate, pues, para mañana, y sube de mañana
al monte de Sinaí, y preséntate ante mí sobre la cumbre del monte.” Éxodo
34:1-2
“Y Moisés alisó dos tablas de piedra como las primeras; y se
levantó de mañana y subió al monte Sinaí, como le mandó Jehová, y llevó en su
mano las dos tablas de piedra. Y Jehová descendió en la nube, y estuvo allí con
él, proclamando el nombre de Jehová. Y pasando Jehová por delante de él,
proclamó: ¡Jehová! ¡Jehová! fuerte, misericordioso y piadoso; tardo para la
ira, y grande en misericordia y verdad; que guarda misericordia a millares, que
perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado, y que de ningún modo tendrá por
inocente al malvado; que visita la iniquidad de los padres sobre los hijos y
sobre los hijos de los hijos, hasta la tercera y cuarta generación. Entonces
Moisés, apresurándose, bajó la cabeza hacia el suelo y adoró.” Éxodo 34:4-8
Vemos en las citas bíblicas del día un pequeño relato de lo
que fue uno de los encuentros que Moisés tuvo con el Señor, en este podemos ver
que Dios le hace el llamado a presentarse delante de Él muy de mañana, y le da
también unas instrucciones para lo que sería el propósito de ese encuentro; por
su parte, vemos a Moisés atendiendo al llamado del Señor y haciendo tal como le
había escuchado. Finalmente, lo que vemos en este maravilloso encuentro, es
mucho más de lo que Moisés o cualquiera de nosotros podría pensar o esperar,
pues le fue dada a este hombre la gracia del conocimiento y la revelación de
Dios de manera personal, íntima y directa, el Señor mismo revelándose ante
Moisés.
Ahora bien, la Palabra de Dios en 1 Corintios 2:9 dice “Antes
bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, Ni han subido en
corazón de hombre, Son las que Dios ha preparado para los que le aman.”
Hermanos, el conocimiento y la revelación de Dios no viene por grandes
capacidades mentales o sabiduría humana, sino que ha agradado al Señor
revelarlas por su Espíritu, a aquellos que se hacen como niños, a personas
dependientes totalmente de su Padre Celestial, que le busquen con gran anhelo y
gozo, y que por su puesto crean y confíen en lo que de Él escuchan y reciben (1
Corintios 2:10, Mateo 18:1-5). Así que, si tú en tu vida anhelas ver y conocer
de primera mano la gloria de Dios, busca un tiempo y lugar donde con Él a solas
puedas estar y por su Espíritu recibe la bendición de la intimidad. Salmos
25:14 dice “La comunión íntima de Jehová es con los que le temen, Y a ellos
hará conocer su pacto. Oración.
«Padre, gracias porque no es el tiempo donde te adoraban en
montes y templos, es esta la hora donde los que te queremos adorar, es necesario
que lo hagamos en espíritu y verdad; gracias porque es tu Espíritu que mora en
mí el que me guía, me enseña y me ayuda a estar en tu presencia, contemplarte,
escucharte y adorarte, por Jesucristo mi Señor y Salvador, amén.
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