domingo, 30 de diciembre de 2018

CÓMO SER SANTO


CÓMO SER SANTO                                                                  
    
porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo. 1 Pedro 1:16
La idea que hemos aprendido de alguien santo es que es una persona especial, que, al ser muy buena, Dios la consagra como santo y se le puede rendir culto y hacer oraciones, pero esto es equivocado. De acuerdo a la Biblia, no se da culto a las criaturas sino sólo a Dios. Romanos 1:25, Salmo 115).
Cualquier persona puede ser santo si cree en el hijo de Dios, pues Él es el que santifica, por medio de su sangre preciosa nos compró para que todos los que creamos seamos “linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable. 1 Pedro 2:9).
Todos estamos llamados a ser santos, todos los cristianos son santos y al mismo tiempo son llamados a ser santos; en 1 Corintios 1:2 dice claramente,  a los santificados en Cristo Jesús y llamados a ser santos. No es posible ser santo para ir a Dios, sino ir a Cristo para ser santo, pues sólo mediante la fe en su muerte y resurrección somos apartados para Dios y sellados con su Espíritu.
No es un privilegio reservado para algunas personas especiales, sino que Dios en su gran amor quiere que todos los hombres sean salvos y que lleguen al conocimiento de la verdad. 1 Timoteo 2:4).
Así que todos podemos ser santos no por lo que hacemos o hallamos hecho, sino por lo que el Hijo de Dios hizo en la cruz. Esta es una verdad que debe cambiar la perspectiva de nuestra relación con Dios, ya que “es en esa voluntad que somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre. Hebreos 10:10).
No sólo nos salvó, sino que nos hizo santos, nos apartó para Él. Entonces, cómo no amarle y obedecer a su llamado, de seguir santificándonos en su Palabra para servirle con toda diligencia y con toda pureza, pues sin santidad nadie verá a Dios. Hebreos 12:14).   Oración.
Señor gracias porque me has santificado, me has consagrado para tu servicio, me has apartado del mal y ya no tengo que ser esclavo del pecado. Sigue santificando mi vida y mi pensamiento por medio de tu Palabra de verdad. Amén.    Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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