jueves, 19 de octubre de 2017

III) DIOS RESTAURA Y SANA NUESTRA ALMA:


III) DIOS RESTAURA Y SANA NUESTRA ALMA:



A.  El sacrificio de Cristo, Isaías 53:4-5.   



   Nota: Jesús sufrió todo esto no sólo para darnos seguridad de la salvación eterna en el cielo, sino para darnos sanidad aquí en la tierra: “llevó nuestras enfermedades… sufrió nuestros dolores… por su llaga fuimos nosotros curados…”. Esto lo demostró Jesús aún en su ministerio terrenal antes de la cruz: Lucas 4:16-19, la frase:



“Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón”



    Nos habla de una labor al interior del hombre, en corazones quebrantados, que según el término griego quiere decir, que han sido despedazados, estropeados, quebrados, derrotados completamente… Así como también cuando nos habla de libertar a los cautivos y oprimidos, no habla de cárceles físicas, sino espirituales… (Muchas cosas en nuestra vida provocaron el quebrantamiento o heridas del corazón… y el encarcelamiento emocional).   



B.  La Palabra de Dios, Salmo 107:20 y Hebreos 4:12.  



    Nota: la Palabra de Dios produce vida, es cortante (como un bisturí que corta los tumores del pecado), genera orden en la estructura del ser humano (espíritu, alma y cuerpo) y saca a la luz las malas intenciones de nuestro corazón…



C.  La acción sobrenatural del Espíritu Santo, Isaías 61:1-4.



    Nota: Éste pasaje nos expresa la voluntad de Dios para su pueblo: sanidad de corazón, sanidad física, libertad para aquellos que están en cárceles espirituales, consolación, gozo, reedificación, restauración… Hoy día estamos en el ministerio del Espíritu Santo y esto es lo que él quiere traer a su pueblo.   



CONCLUSIÓN: Usted es de gran valor para Dios, dio la vida de su Hijo Jesucristo para que tengas vida eterna y también para que experimentes lo mejor de él aquí en la tierra