lunes, 7 de junio de 2021

¿Tienes al hijo de Dios en tu corazón?

 

¿Tienes al hijo de Dios en tu corazón?


“El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida. Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios.”, 1 Juan 5:12-13

“El que me rechaza, y no recibe mis palabras, tiene quien le juzgue; la palabra que he hablado, ella le juzgará en el día postrero”, Juan 12:48

Las cosas que están escritas en la Biblia, son para que al leerlas, las creamos, y si decimos que hemos creído, las obedezcamos. Por eso nos enseña Juan 1:12-13, que los hijos verdaderos de Dios son los que reciben y creen en Jesús, pero, ¿qué es lo que debemos recibir de parte de Jesús?

Lo que debemos recibir es su Palabra, porque lo que allí está escrito nos da fe, nos da certeza, desarrolla convicción, pero además es porque la palabra de Cristo es espíritu y es verdad, sus palabras nos transforman, nos limpian, y recrean en nosotros un nuevo corazón que puede obedecer a Dios y agradarle en todo. También, cuando obedecemos su Palabra, el Padre y Cristo harán morada en nosotros y se manifestarán en nuestra vida. (Juan 14:21,23)

Pero si no estudiamos la Biblia, si no recibimos su Palabra, no nos engañemos, no tenemos a Cristo. Solo somos adeptos, nos gusta medio escuchar el mensaje de Dios, y nos agrada, pero estamos más pendientes de las ocupaciones diarias, de los afanes de la vida y no dedicamos tiempo de calidad a su Palabra, ni siquiera el día que dedicamos a congregarnos. Tal vez sea duro este mensaje, pero es urgente: si no has recibido su Palabra, no tienes a Cristo y si no tienes a Cristo, no tienes la vida eterna. ¿Harás algo al respecto?

Primero, inicia una relación con Cristo, saca tiempo para conocerle, como en cualquier relación, el tiempo que dediquemos, determina la calidad de la relación. Inicia dedicando una hora en la semana para que alguien te enseñe la Palabra, alguien que esté lleno del Espíritu, que haya nacido de nuevo, y estudia la Biblia mejor que cualquier otro estudio o labor que pudieras tener. Allí se te explicará cada principio que Dios ha dejado para comunicarte con Él de manera correcta y para que tu vida sea transformada y bendecida. Luego tu deber por amor es compartirla y enseñarla a otros.

¿Estás dispuesto? Aquí estamos tus hermanos, dispuestos a enseñarte. Dios te bendiga.   Oración.

«Padre, hoy quiero recibir tu Palabra, por eso lléname de tu amor para escudriñarla, obedecerla y compartirla a otros. Que mi vida sea transformada por tu Palabra de verdad y sea llena de tu Espíritu para obedecerla por amor. Que mi obediencia sea la respuesta a tan grande amor depositado en mi corazón. Amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.