domingo, 14 de febrero de 2021

Sufrir por ser verdaderos cristianos

 

Sufrir por ser verdaderos cristianos


“pero si alguno padece como cristiano, no se avergüence, sino glorifique a Dios por ello.” 1 Pedro 4:16

“Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse.” Romanos 8:18

La primera vez que llamaron cristianos a los discípulos de Cristo fue en Antioquía (Hechos 11:26); y según la Palabra de Dios, en estos primeros años, después de la resurrección de nuestro Señor Jesucristo, la iglesia fue perseguida, era considerada una secta y se hablaba en contra de ella en todas partes (Hechos 28:22).

El Señor Jesús había anticipado, que, así como Él fue perseguido, los creyentes también lo serían, (Juan 15: 20a), pero en contraste, también, así como lo escucharon a Él, también a nosotros nos escucharán (Juan 5:20b).

En muchas ocasiones, nuestras aflicciones son la forma de manifestación divina, que deriva en un testimonio de cuánto nos ama el Señor y de cómo se manifiesta incluso en las debilidades de sus hijos, para que toda la gloria se quede para Él, no para nosotros, así que no tenemos motivo para sentir vergüenza, si padecemos por causa de Cristo, sino que glorifiquemos a Dios, por ser tenidos como dignos de sufrir afrenta por su Nombre (Hechos 5:41).

Porque vemos cómo el mundo y las redes sociales están inundadas de ideas y pensamientos en contra del conocimiento y verdad que profesamos, somos atacados a diario por nuestra fe y llamados intolerantes por prevenir acerca de las consecuencias del pecado, y por hablar acerca de que recibir el amor de Dios, es lo único que puede liberar al hombre de la esclavitud del pecado.

Pero nosotros debemos predicar a Cristo con una conducta tan ejemplar que, aunque nos acusen de hacer el mal, los que no creen observen las buenas obras de nosotros y mediante el cambio de vida que mostramos, puedan tomar ejemplo y llegar también a la salvación por la fe en Jesús. (1 Pedro 2:12). Así que hermanos, sigamos adelante, perseverando en nuestra fe y con gozo aceptemos que, si hemos de sufrir, que sea por ser verdaderos cristianos.   Oración.

«Señor, nada se compara con el gran amor que nos diste en Cristo, por eso, aunque en este mundo caído pueda haber aflicción, mi esperanza está puesta en tus promesas verdaderas y preciosas. Mientras llega el cumplimiento de tu venida, quiero mantenerme fiel, incluso si me rechazan por causa de tu nombre. Te alabo Señor y te pido me sostengas. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.