La vida que
cambió el curso de la historia
“Puesto que
ya muchos han tratado de poner en orden la historia de las cosas que entre
nosotros han sido ciertísimas, tal como nos lo enseñaron los que desde el
principio lo vieron con sus ojos, y fueron ministros de la palabra, me ha
parecido también a mí, después de haber investigado con diligencia todas las
cosas desde su origen, escribírtelas por orden, oh excelentísimo Teófilo, para
que conozcas bien la verdad de las cosas en las cuales has sido instruido”.
Lucas 1:1-4
“Hasta que
todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un
varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo”. Efesios
4:13
En este
prefacio de Lucas se nos dice que él investigó con diligencia directamente de
testigos oculares la vida y obra del Señor Jesucristo, haciendo un relato
ordenado y preciso sobre su vida, para darnos certeza de su existencia. La
inspiración de La Biblia por el Espíritu Santo no excluye la investigación
cuidadosa de los hechos por parte de Lucas con testigos presenciales que habían
narrado y preservado lo que habían visto, incluyendo a la virgen María, dándole
más autenticidad y confiabilidad al mensaje cristiano. Lucas nos narra la
historia de Jesús desde una perspectiva única como gentil, médico y el primer
historiador de la iglesia primitiva. Como doctor en medicina, Lucas sabía la
importancia de ser minucioso. ¿Cuál fue su diagnóstico? ¡Que el evangelio de
Jesucristo es verdad!
El fin
último de Lucas es que Teófilo y todos los lectores del evangelio comprendamos
a fondo quién es Jesús, profundizando en su conocimiento, ya que saber poco de
Jesús es un problema para nosotros; lo que nos lleva a que reflexionemos sobre
cuánto conocemos a Jesús y cómo su vida no sólo cambió el curso de la historia
sino nuestra propia historia.
Lucas no
solo presenta a Jesús como el Salvador del mundo, sino que lo muestra como el
Hombre ideal, el Salvador perfecto de una humanidad imperfecta. Por eso el
título “Hijo del Hombre” se halla veintiséis veces en este evangelio, este
término no solo destaca su humanidad, sino que lo describe como el Hombre
perfecto, ideal, el verdadero representante de la raza humana.
Si el anhelo
de Dios es que lleguemos a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo
(Efesios 4:13), debemos empezar a estudiar con perseverancia y dedicación su
Palabra, permitiendo al Espíritu Santo que aplique su verdad a nuestra vida,
para ser transformados a la imagen de Jesús.
Este mes de
diciembre tradicionalmente celebramos el primer adviento de Jesús; cuando de la
eternidad vino al tiempo, se encarnó y se hizo hombre para vivir en medio de
nosotros y darnos salvación; por eso te animo a conocerlo a través de este
evangelio, pidiéndole al Espíritu Santo revele a nuestro corazón la
universalidad del mensaje cristiano resumido en el versículo de Lucas 19:10 que
dice “Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había
perdido”. Esto nos dará la certeza y seguridad de quién es el Señor Jesucristo. Oración.
«Amado Jesús, tú eres el Salvador del mundo, y así como Lucas fue minucioso estudiando los hechos y las evidencias de tu existencia, hoy quiero pedirte que coloques en mi corazón un profundo deseo de conocerte más, de ahondar en el estudio de tu Palabra y permitir que el Espíritu Santo siga transformándome, hasta llegar a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo, amén.