martes, 14 de noviembre de 2023

En memoria de mí. Parte 2

 


En memoria de mí. Parte 2

“Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella.” Juan 11:4b

A través de tres ejemplos bíblicos, los cuales iremos desarrollando en el transcurso de la semana, miraremos lo que personajes bíblicos atesoraron en su memoria dependiendo de las circunstancias a las que se vieron enfrentados.

El primer ejemplo que traeremos a colación es el de Marta y María (Juan 11:1-44), ellas tenían un hermano, Lázaro, quien estaba enfermo y a causa de esto posteriormente falleció ¡Qué situación tan difícil la que tuvieron que enfrentar!, pues qué dolor se experimenta al perder un familiar. Pero más allá del dolor, pensemos en las dudas que se generaron en ambas cuando la situación “aparentemente” no ocurría como Jesús lo había dictaminado, pues recordemos que anteriormente habían mandado a llamar a Jesús para pedir su ayuda, sin embargo, el Señor no corrió enseguida donde ellas, sino que decidió quedarse 4 días más en el lugar en donde se encontraba (Jerusalén). Muchos piensan que Jesús no acudió rápidamente porque estaba muy lejos, pero la biblia nos relata que Él se encontraba a tan solo 15 estadios de Betania, es decir, a 3,02 Km (48 minutos caminando). Lo interesante de este relato es que Jesús, aunque no sale al instante, decide enviar, mientras tanto, un mensaje contundente: “Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella.” Por esta razón decimos que en ellas se pudieron generar dudas, pues Jesús ha manifestado que la enfermedad de Lázaro no es para muerte, pero sus ojos están comprobando que su hermano ha fallecido, entonces ¿qué ha pasado? ¿Alcanzamos a imaginar los recuerdos que quedaron impregnados en la memoria de estas mujeres en el lapso de este tiempo? Seguramente no fueron los mejores.

Al igual que Marta y María, puedes estar en ese lapso de tiempo en el que tu realidad pareciera no reflejar lo que Jesús ha prometido, pero ten presente y recuerda las palabras del Señor: “¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios?” (Juan 11:40); sea cual sea hoy tu situación espera a Jehová, esfuérzate y alienta tu corazón, no desmayes y cree que verás la bondad de Dios en la tierra de los vivientes (Salmos 27:13-14).   Oración.

«Señor tu palabra dice que tú no eres hombre para que mientas ni hijo de hombre para que te arrepientas, que lo que has dicho lo cumplirás y ejecutarás a cabalidad; sé que tu palabra es verdad, pero debo confesar que en ocasiones he dudado y mi fe ha faltado. Perdóname porque no quiero poner en duda tu carácter, pues te he conocido por medio de las Escrituras y sé que puedo confiar y descansar plenamente en ti y en tus promesas. Amen.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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