miércoles, 5 de junio de 2024

el año agradable del Señor

 


La comisión de proclamar el año agradable del Señor

“Cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo éste anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.” Hechos 10:38

Jesucristo fue ungido por Dios con el Espíritu Santo (Hechos 10: 38a), y se presenta en el Nuevo Testamento como el Rey de reyes: como dice Apocalipsis 19:16 “Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES.”, como Sumo Sacerdote: como se revela en hebreos 7:22-26 “Por tanto, Jesús es hecho fiador de un mejor pacto. Y los otros sacerdotes llegaron a ser muchos, debido a que por la muerte no podían continuar; mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable; por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos. Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos” y como Profeta: como es mencionado en Hechos 7:37 “Este Moisés es el que dijo a los hijos de Israel: Profeta os levantará el Señor vuestro Dios de entre vuestros hermanos, como a mí; a él oiréis.”

Así que Jesús, quien fue ungido como Rey, Sacerdote y Profeta, es quien con toda autoridad designa a los creyentes para seguir proclamando el año agradable del Señor, con el objetivo de continuar sanando a los quebrantados de corazón, libertando a los cautivos, dando vista a los ciegos y poniendo en libertad a los oprimidos, por eso hermanos atendamos el llamado que se nos hace en el evangelio de Marcos 16:15-18 “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado. Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán.”  Oración.

«Señor Jesús, tú pagaste un precio muy alto, tu propia vida, para que yo pudiera disfrutar de ese año agradable del Señor, sé que muchos hoy viven sus vidas sin dirección, perdiéndose en el pecado y en la vanidad de un mundo sin sentido, esclavos de vicios y malos hábitos, por eso te pido que me des la llenura y el poder de tu Santo Espíritu para ser usado por ti y proclamar esas buenas noticias que empezaste a declarar hace más de dos mil años y que hoy han alcanzado los confines de la tierra. Amen.