Instrumentos de tu Amor
“Entonces llamando a sus doce discípulos, les dio autoridad
sobre los espíritus inmundos, para que los echasen fuera, y para sanar toda
enfermedad y toda dolencia. Los nombres de los doce apóstoles son estos:
primero Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano; Jacobo hijo de Zebedeo, y
Juan su hermano; Felipe, Bartolomé, Tomás, Mateo el publicano, Jacobo hijo de
Alfeo, Lebeo, por sobrenombre Tadeo, Simón el cananista, y Judas Iscariote, el
que también le entregó.” Mateo 10:1-4
“Y yendo, predicad, diciendo: El reino de los cielos se ha
acercado. Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera
demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia.” Mateo 10:7-8
Mateo inspirado por el Espíritu Santo, deja registrado en el
primero de los evangelios, los nombres de aquellos doce hombres que fueron
escogidos por Jesús como sus apóstoles. La palabra apóstol viene del griego
apóstolos (ἀπόστολος) que significa: “delegado; específicamente embajador del
evangelio; oficialmente comisionado de Cristo”, y a ellos les dio autoridad
para echar fuera los demonios, para sanar toda enfermedad y dolencia y aun
sobre la muerte pues les dice: “resucitad muertos”; para que de esta manera,
como sus delegados, compartieran el evangelio, el mensaje de que el reino de
los cielos se había acercado, de que su mesías, su salvador había llegado. A
pesar de que inicialmente ellos fueron enviados exclusivamente al pueblo judío,
más adelante Jesús les amplió el llamado, para que su predicación fuera hasta
lo último de la tierra. Y hoy gracias a la obra de Cristo, y al poder del
Espíritu Santo, se sigue expandiendo por todo el mundo este mensaje poderoso
del evangelio, el cual es poder de Dios para Salvación, a todo aquel que cree.
Hermanos, hoy en día Jesús sigue llamando a hombres y mujeres
comunes y ordinarios para continuar con su obra extraordinaria, que ante el
llamado de Cristo no surjan excusas de nuestra parte, pues si miramos aquella
lista de los doce apóstoles, ellos no se destacaban por sus virtudes, antes
bien, ellos recibieron lo necesario de parte del Señor para cumplir la misión a
la que fueron enviados por pura gracia, por eso Jesús les dice: “de gracia
recibisteis, dad de gracia” Por lo tanto, de la misma manera como el Señor
llamó a los apóstoles, nos ha llamado a nosotros, nos ha capacitado y nos ha
enviado, sin merecerlo, solamente por su gracia y amor. Demos nosotros también
de gracia, y continuemos llevando este poderoso mensaje: que en Cristo hay
perdón de pecados, salvación y vida eterna.
Oración.
«Señor Jesús, de gracia he recibido tu llamado, de gracia he
sido capacitado, ayúdame en el poder de tu Santo Espíritu a dar de gracia,
úsame como instrumento de tu amor. Amén.