lunes, 20 de noviembre de 2023

Dador alegre

 

Dador alegre


“Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará. Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre.” 2 Corintios 9:6-7

Es increíble que la mayoría de personas solo podamos ver la esencia de este pasaje desde lo económico, pero qué increíble es escuchar la voz de Dios y ver que este principio de dar no solo se aplica en esta área sino en todas las demás del ser humano, por ejemplo: en el amar, perdonar, la misericordia, entre otras. Esta revelación nace de una conversación con mi esposo, pues estábamos reflexionando en que cada vez que alguno de los 2 va a ofrecer disculpas, por algo que haya hecho mal, se frustra cuando no recibe lo mismo del lado contrario; de hecho, el no recibir de lo mismo que damos, incrementa nuestras discusiones y molestias; entonces cuando descubrí esto, en medio de esta valiosa conversación, el Señor me reveló: “Este es tu problema, que das pero esperando algo a cambio, es decir, lo haces por necesidad, pero si observas lo que yo te pido es que des sin esperar, porque si esperas y no lo recibes encontrarás frustración cuando esto no suceda”. Entonces me dije: ¡Qué revelación tan extraordinaria! porque si yo voy donde mi esposo y pido perdón, tenga o no la culpa, y si doy este paso sin esperar algo a cambio seré como aquel dador alegre, a quien no le afectará si recibe o no, pues el dar no fue impulsado por un interés, sino por una decisión basada en el amor de Dios, y si lo hago entonces seré yo la que se lleve la mejor parte, porque “más bienaventurado es dar que recibir” (Hechos 20:35b) porque aquel que da, es aquel que vence y baja el orgullo, y en vez de “perder una pelea”, lo que pierdes es la altivez y necedad, pero lo que ganas es más abundante que aquello que soltaste, pues ganas: humildad, dominio propio, amor, misericordia, paz, entre otros. (Gálatas 5:22-23).

Hermano, la exhortación es para que de aquí en adelante aprendamos a ser dadores alegres, a dar (amor, perdón, misericordia, bondad, etc.) no por necesidad, ni con tristeza, sino con un corazón dispuesto y gozoso, pues Dios ama al dador alegre.  Oración.

«Señor, quiero aprender a menguar para que cada día crezcas Tú en mi vida, quiero aprender a ser más como tú, quien das sin esperar algo a cambio. Tu amor, por ejemplo, es algo que nos has dado, no porque lo merezcamos, sino porque ese es tu carácter, pues eres un dador alegre. Definitivamente quiero reflejar tu carácter. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito