lunes, 1 de febrero de 2010

Dése a sí mismo

Dése a sí mismo

Tan grande es nuestro afecto por vosotros, que hubiéramos querido entregaros no sólo el evangelio de Dios, sino también nuestras propias vidas.

1 Tesalonicenses 2:8

Tuve el privilegio de asistir al seminario a fin de estudiar para el ministerio. Aprendí mucho de los libros que leí, las notas que tomé y los ensayos que escribí. Pero aprendí mucho más de la vida de los hombres que me enseñaron. En vez de concentrarme en lo que decían, me encontraba en por qué lo decían.

Eso es lo que Pablo hizo con los romanos. En realidad dij "Antes de darles mi teología, déjenme darme a mí mismo". Pablo es un modelo para todos los que sirven a Cristo. Siga el ejemplo de Pablo y comience a darse a sí mismo. La presión del ministerio

El labrador, para participar de los frutos, debe trabajar primero.

2 Timoteo 2:6

Una persona que sirve de todo corazón estará contenta solamente con el fruto espiritual. Pero algunas solo estarán contentas con prestigio, aceptación o dinero.

En el pasado, Satanás ha tratado de poner ese pensamiento en mi mente. A veces ha tratado de ponerme a dudar de por qué me interesan las personas a quienes sirvo. Su propósito es asegurarme en el conocimiento de que soy salvo y voy al cielo, que se me paga bien en un buen trabajo con mucha seguridad. Pero esa es una mentira de Satanás.

Es fácil dejar que Satanás lo presione a uno hasta conformarse con menos de lo mejor de Dios. Cuando Satanás pone pensamientos como esos en mi cabeza, mi reacción es: No estoy contento con que se me tome en cuenta o se me aprecie. Lo que importa es llevar fruto. Haga del fruto espiritual el enfoque de su ministerio. Una obligación con Dios

A griegos y a no griegos, a sabios y a no sabios soy deudor.

Romanos 1:14

Un joven me preguntó una vez qué me motiva a estudiar semana tras semana. Le dije que a veces los pasajes bíblicos son tan estimulantes que no puedo esperar a que llegue el domingo para predicar. Pero luego hay otras veces en las que lucho contra las prioridades que desplazan mi tiempo de estudio, y entonces mi ministerio no parece tan emocionante. Tengo en realidad que abrirme paso a través de esos tiempos porque sé que tengo una deuda con Dios.

¿Qué sucede si veo que hay una casa incendiada, y las personas que están dentro no saben lo que está ocurriendo? No puedo pararme en la esquina y preguntarme si vale la pena que se salven. Como tienen necesidad y yo tengo la información que puede salvarlos, estoy obligado con ellos.

Si usted participa en el servicio cristiano solo cuando le gusta hacerlo, no ha aprendido la clase de servicio que Pablo describió en el versículo de hoy. Cuando se enfrenta a un tiempo difícil en el servicio a las personas, a veces de lo único que puede depender es de su obligación con Dios.