domingo, 2 de junio de 2024

Yo soy quien dices que soy

 Yo soy quien dices que soy

“Ma

s vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable;” 1 Pedro 2:9

Concluimos en el devocional anterior que las mentiras que el enemigo nos lanza tienen como objetivo: robar, matar y destruir nuestro valor, propósito e identidad.
¿Por qué nuestro valor? Porque a través de los conceptos que ha arraigado el enemigo en el mundo nos dice que como seres humanos valemos por lo que tenemos; pero lo que vemos que nos enseña la Palabra, por medio de la vida de Jesús, es totalmente contrario, pues Cristo con su ejemplo nos muestra que aun siendo el Hijo de Dios, encarnado en humildad y hecho semejante a los hombres, su valor no estaba o dependía del lugar en donde había nacido (en un pesebre en Belén), ni de las riquezas que tuvieran sus padres, pues José y María no eran una familia pudiente. Cristo no tenía éstas comodidades de las cuales el mundo se jacta, ni siquiera tenía dónde recostar su cabeza (Mateo 8:20), pero eso nunca le afectó ni su identidad, su valor o propósito, incluso cuando Satanás le ofrece la gloria y riquezas de este mundo el Señor Jesús con toda seguridad puede responder conforme la palabra de Dios “Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás” (Mateo 4:10), pues las riquezas del mundo son pasajeras, pero lo que verdaderamente es valioso y permanece para siempre es la Palabra de Dios (Mateo 24:35)
Ésto nos enseña la primera clave para contrarrestar todas esas mentiras del enemigo que llegan a nuestra vida diciendo que “no valemos nada”, y esta clave es el conocer la palabra de Dios, pues en ella está escrita la obra que Jesús ha hecho por nosotros, el costo que pagó por nuestras vidas, el valor que ahora tenemos gracias a Cristo. Cuando conocemos la Verdad (Jesús), sucede lo que dice el evangelio de Juan: “La verdad nos hace libres” (Juan 8:32); libres de todas esas mentiras de Satanás que sólo quieren robarnos, matarnos y destruirnos.
Hermano, si sigues pensando que tu valor está en las cosas materiales que tienes alrededor, estás totalmente equivocado, aprende y conoce la Palabra y cree que tu valor está en Cristo, pues tú eres lo que dice Dios de ti (1 Pedro 2:9) Oración.
«Padre, gracias porque en ti encuentro mi valor. Gracias porque a pesar de mi pecado y de mi maldad me adoptaste como tu hijo, al creer en Jesús, y me has hecho instrumento de tu amor para reflejar en este mundo tu luz, amén.