miércoles, 8 de septiembre de 2021

La fidelidad a Dios

 


La fidelidad a Dios

“¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios. ¿O pensáis que la Escritura dice en vano: ¿El Espíritu que él ha hecho morar en nosotros nos anhela celosamente? Pero él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes. Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros”. Santiago 4:4-7

El apóstol Santiago comienza esta exhortación con una dura palabra, “almas adúlteras”, es decir “infieles” y lo dice con contundencia, porque amar a este mundo es enemistarse con Dios. Para los que hemos creído en Jesús y hemos vuelto en amistad con nuestro Padre, es difícil llevarse bien con el mundo, porque si seguimos sus ideas, deseos y placeres, nos convertimos de inmediato en adúlteros espirituales. Por eso, la Escritura nos dice que Dios nos anhela celosamente, no quiere compartirnos, pues somos suyos.

En el antiguo Testamento la idea es que el Señor es el esposo de su pueblo Israel como dice Isaías 54: 5 “Porque tu marido es tu Hacedor; Jehová de los ejércitos es su nombre; y tu Redentor, el Santo de Israel; Dios de toda la tierra será llamado”. Y en el Nuevo Testamento se dice que Jesús es el esposo de su iglesia; Pablo usa la misma alegoría del matrimonio y presenta a la iglesia como la prometida de Cristo, 2 Corintios 11:2 dice “Porque os celo con celo de Dios; pues os he desposado con un solo esposo, para presentaros como una virgen pura a Cristo”.

En la cita Bíblica de hoy Santiago muestra el peligro en que podemos caer al apartarnos de Jesús cuando somos seducidos por el mundo. Esta manera de decirlo quizá escandalice a muchos, pero es una manera de expresar que al desobedecer a Dios es como romper una promesa matrimonial y que todo pecado es contra el amor de Dios y quebranta su corazón.

Jesús también dijo en Marcos 8:38 “Porque el que se avergonzare de mí y de mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, el Hijo del Hombre se avergonzará también de él, cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles”. Habla de un pueblo adúltero que puede avergonzarse de Él.

Cuando pecamos somos redargüidos por el Espíritu Santo. Al respecto nos dice Santiago “El Espíritu que Dios ha hecho morar en nosotros celosamente anhela la plena devoción de nuestros corazones”. El Señor tiene el derecho exclusivo a recibir toda nuestra adoración porque nos amó, nos rescató, nos compró con su sangre preciosa. Dios nos hace una gran demanda de devoción y fidelidad, pero también nos da una gran gracia para poder cumplirla. El gran ejemplo y la gran inspiración es Jesús en las tentaciones, quien fue fiel hasta el fin, dejando claro que el diablo no es invencible, ya que cuando se enfrenta con la Palabra de Dios, tiene que huir. Cuando somos fieles y humildes debemos pelear nuestras batallas contra el tentador con el poder de Dios, no con nuestro propio poder.    Oración.

«Amado Señor, hazme siempre fiel a ti, que nada en este mundo seduzca mi corazón para apartarme de ti. Quiero adorarte y darte mi devoción y entender que me das la gracia suficiente para vencer todas las tentaciones, Quiero escuchar tu voz que me aconseja por medio de tu Santo Espíritu. En Cristo Jesús, Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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