martes, 21 de junio de 2022

De tumbas a jardines. Parte 2

 


De tumbas a jardines. Parte 2

“Vienen a Jesús, y ven al que había sido atormentado del demonio, y que había tenido la legión, sentado, vestido y en su juicio cabal” Marcos 5: 15a.

Jesús ha venido a dar libertad por medio de la verdad, tanto a los cautivos por el pecado como a los oprimidos por el enemigo, pues Él mismo manifestó “y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres” (Juan 8:32), y es que conocer la verdad significa conocer a Jesús (Juan 14:6) y su obra redentora, la cual nos es revelada por medio de su palabra, pues en ella se nos declara que por amor Él pagó nuestras deudas y que Dios ofreció a Jesucristo como sacrificio por nuestros pecados, por eso cuando creemos esto Dios perdona todos nuestros pecados, nos da salvación y vida eterna.

Por lo tanto, al Gadareno tener un encuentro con la Verdad (Jesús) pudo ser liberado de la esclavitud del pecado y del tormento en el que lo tenía sometido el enemigo. De igual manera ha sucedido con nosotros, pues no solo fuimos liberados de la esclavitud del pecado cuando creímos en Cristo, sino también incluso ahora somos liberados de aquellas opresiones en las que el enemigo nos quiere tener sumergidos, pues es el Espíritu Santo quien nos recuerda que ya no debemos estar sujetos al yugo de la esclavitud cuando Cristo ya nos libertó (Gálatas 5:1).

Hermanos, no hay por qué seguir viviendo en sepulcros cuando ya hemos conocido la Verdad; pues al igual que el Gadareno después del encuentro que tuvo con el Señor no volvió a ser el mismo (con locura, atormentado y agresivo), sino una persona consciente del amor de Cristo y de su nueva identidad; nosotros también debemos vivir siendo conscientes de que somos libres por medio de la fe en Jesús y por la obra del Espíritu Santo, pues donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad (2 Corintios 3:17).   Oración.

«Padre, gracias por recordarme que por la fe en tu Hijo Jesús soy libre y que conforme a esa libertad que Cristo me ha dado debo andar. Ayúdame, Espíritu Santo de Dios, a tener presente esta verdad en mi mente y corazón cada vez que el enemigo me quiera impulsar a sumergir áreas de mi vida en sepulcros. Te lo pido en el nombre de Jesús, amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.