martes, 7 de agosto de 2012


Como cristiano, usted debe adorar al Señor (Juan 4.23,24). En el Nuevo Testamento, Dios no exige un lugar exclusivo de adoración; pero sí, ser adorado de manera correcta: "en espíritu y en verdad" (Juan 4.24). Aun cuando las construcciones de edificios resultan de gran ayuda para las reuniones de la iglesia, el Nuevo Testamento no dice nada en cuanto a ellas. Los primeros cristianos se reunían como iglesia en sus propias casas. Por ejemplo, Pablo saluda a Aquila y a Priscila y "a la iglesia de su casa" (Romanos 16.5). Y en la epístola a los Corintios se registra el saludo de"Aquila y Priscila, con la iglesia que está en su casa" (1 Corintios 16.19). También Pablo saluda a Ninfas "y a la iglesia que está en su casa" (Colosenses 4.15). Y en la epístola a Filemón, Pablo y Timoteo saludan a este cristiano "y a la iglesia que está en tu casa" (Filemón 2).
La adoración cristiana está revelada con toda exactitud en el Nuevo Testamento. Incluye: Estudio de la palabra de Dios, oración, cánticos, la Cena del Señor o comunión, y ofrenda.