martes, 11 de diciembre de 2012

La Historia de Alan


La Historia de Alan

Cuando pienso en la vida transformada, pienso en Alan, un colega de nuestra industria. Aunque en el aspecto profesional le iba bien, tenía luchas a nivel personal. Tenía una serie de contratiempos en su hogar y en el trabajo que lo dejaban desanimado. Como me había sucedido a mí años atrás, Alan también estaba buscando.

Un día, mientras él estaba haciendo una visita de negocios, un cliente le habló acerca del cambio tan radical que se había producido cuando le entregó su vida a Jesús. Alan lo escuchó respetuosamente, pero no vio de qué manera aquello se aplicaba a su vida. Después, durante una exhibición industrial, Alan y yo acordamos reunirnos a desayunar. Cuando él me habló de las dificultades por las que pasaba, yo pude ver que anhelaba tener paz personal. Le relaté mi propia historia. Entonces, allí mismo, sentados en la mesa mientras desayunábamos, Alan dio el mismo paso firme del que hemos estado hablando. Reconoció su estado caído, pidió y recibió el perdón de sus pecados y le confió su vida a Jesucristo. Entonces, con una gran sonrisa, y mientras le corrían las lágrimas por el rostro, me dijo: “John, después de esta mañana, no creo que vuelva a ser jamás el mismo de antes”.

Alan y yo hemos seguido en contacto, y esto me ha permitido ver cómo ha ido progresando continuamente. Hace poco celebramos el tercer aniversario de su llegada a Cristo, de nuevo mientras desayunábamos durante nuestra exhibición industrial anual. Vi en Alan a un hombre cuya vida está llena de paz, es provechosa y tiene propósito. Aunque sigue enfrentándose a diferentes desafíos, sabe que es una persona nueva y siente un gozo y una libertad que no había conocido nunca antes.