sábado, 10 de diciembre de 2022

Despiértame con tu Amor

 

Despiértame con tu Amor


“Yo dormía, pero mi corazón velaba. Es la voz de mi amado que llama: Ábreme, hermana mía, amiga mía, paloma mía, perfecta mía, Porque mi cabeza está llena de rocío, mis cabellos de las gotas de la noche. Me he desnudado de mi ropa; ¿cómo me he de vestir? He lavado mis pies; ¿cómo los he de ensuciar?” Cantares 5:2-3.

Al igual que un esposo amoroso busca a su amada, el Señor Jesús siempre está en busca de nuestro amor; el esposo descrito en el libro de Cantares, llama con su propia voz a su amada, desea entrar en su hogar, estar con ella, por lo cual le dice “Ábreme, hermana mía, amiga mía, paloma mía, perfecta mía”. Eso mismo hace Jesús, pues con su voz de amor siempre está llamando y diciendo: “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo» Apocalipsis 3:20.

A diario nuestro Amado quiere cenar con nosotros, siempre nos llama con su dulce voz, pero, ¿cuántas veces, por cosas triviales, nos pasa lo que le pasó a la esposa descrita en Cantares 5:2-3?, quien en el momento de llegar su esposo, estaba dormida, y aunque su corazón velaba, ese adormecimiento no le permitió levantarse de una y correr hacia la puerta para abrirla y recibir a su esposo en su hogar, sino más bien la llevó a presentar excusas diciendo:” Me he desnudado de mi ropa; ¿cómo me he de vestir? He lavado mis pies; ¿cómo los he de ensuciar?” Cantares 5:3.

Nuestro amado está hoy llamando nuevamente a la puerta de nuestro corazón, quiere compartirnos su amor, sus planes, su luz, su salvación, así que despertemos por su amor de ese sueño espiritual, y levantémonos, pues ahora el Amado usa nuestros pies, nuestras manos, nuestra voz, nuestra vida para ir y tocar el corazón de aquellos que están perdidos sin Él, o de aquellos hijos pródigos que están alejados de su hogar celestial.

Dejemos que su voz resuene en esta navidad a través de nuestros labios, al compartir el mensaje del evangelio, las buenas nuevas de Jesús, despertando así al mundo con su gran Amor.  Oración.

«Señor Jesús, despiértame con tu amor, que al escucharte pueda estar presto a levantarme para tener comunión contigo por medio de tu Santo Espíritu; quiero que me uses como ese instrumento en tus manos para transmitir tu mensaje, para ir y tocar a las puertas del corazón de las personas que me rodean, y presentarles al Amado, para que así, puedan ver la Luz, amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.   

“Yo dormía, pero mi corazón velaba. Es la voz de mi amado que llama: Ábreme, hermana mía, amiga mía, paloma mía, perfecta mía, Porque mi cabeza está llena de rocío, mis cabellos de las gotas de la noche. Me he desnudado de mi ropa; ¿cómo me he de vestir? He lavado mis pies; ¿cómo los he de ensuciar?” Cantares 5:2-3.

Al igual que un esposo amoroso busca a su amada, el Señor Jesús siempre está en busca de nuestro amor; el esposo descrito en el libro de Cantares, llama con su propia voz a su amada, desea entrar en su hogar, estar con ella, por lo cual le dice “Ábreme, hermana mía, amiga mía, paloma mía, perfecta mía”. Eso mismo hace Jesús, pues con su voz de amor siempre está llamando y diciendo: “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo» Apocalipsis 3:20.

A diario nuestro Amado quiere cenar con nosotros, siempre nos llama con su dulce voz, pero, ¿cuántas veces, por cosas triviales, nos pasa lo que le pasó a la esposa descrita en Cantares 5:2-3?, quien en el momento de llegar su esposo, estaba dormida, y aunque su corazón velaba, ese adormecimiento no le permitió levantarse de una y correr hacia la puerta para abrirla y recibir a su esposo en su hogar, sino más bien la llevó a presentar excusas diciendo:” Me he desnudado de mi ropa; ¿cómo me he de vestir? He lavado mis pies; ¿cómo los he de ensuciar?” Cantares 5:3.

Nuestro amado está hoy llamando nuevamente a la puerta de nuestro corazón, quiere compartirnos su amor, sus planes, su luz, su salvación, así que despertemos por su amor de ese sueño espiritual, y levantémonos, pues ahora el Amado usa nuestros pies, nuestras manos, nuestra voz, nuestra vida para ir y tocar el corazón de aquellos que están perdidos sin Él, o de aquellos hijos pródigos que están alejados de su hogar celestial.

Dejemos que su voz resuene en esta navidad a través de nuestros labios, al compartir el mensaje del evangelio, las buenas nuevas de Jesús, despertando así al mundo con su gran Amor.  Oración.

«Señor Jesús, despiértame con tu amor, que al escucharte pueda estar presto a levantarme para tener comunión contigo por medio de tu Santo Espíritu; quiero que me uses como ese instrumento en tus manos para transmitir tu mensaje, para ir y tocar a las puertas del corazón de las personas que me rodean, y presentarles al Amado, para que así, puedan ver la Luz, amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.