jueves, 8 de agosto de 2019

INSPIRADA DIVINAMENTE Y ÚTIL


INSPIRADA DIVINAMENTE Y ÚTIL
 “Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. Y amarás a Jehová tú Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón”, Deuteronomio 6:4-6
“Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra”, 2 Timoteo 3:16-17
La Palabra de Dios no fue dada sólo para incrementar nuestro conocimiento de Él, sino para transformar nuestras vidas. Para amar a nuestro Dios como lo pide Deuteronomio, debemos llegar a conocerlo leyendo, meditando, memorizando y lo más importante obedeciendo su Palabra como Jesús lo expresó en Juan 14:21 “El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él”.
Nuestra obediencia es la que le da poder a la Palabra de Dios para que se vuelva vida en nosotros. A veces invertimos mucho tiempo racionalizando las mentiras del enemigo y de todos los antivalores que a diario el mundo nos presenta y nos olvidamos que la Palabra de Dios es la que nos puede hacer verdaderamente libres.
“Toda la Escritura es inspirada por Dios y por lo tanto, útil”. Sabemos que toda la Palabra fue dada a los hombres que la escribieron por la inspiración del Espíritu Santo, esto debe elevar su utilidad para nuestra vida. El apóstol Pablo le dice a Timoteo que “es útil para enseñar, para redargüir, para corregir y para instruir en justicia”, estas funciones son vitales para equipar nuestras vidas y para la obra de Dios. La autoridad absoluta de la Biblia sobre nosotros, está basada en nuestra convicción de que este libro no contiene meramente la Palabra de Dios, sino que es la Palabra de Dios, en su totalidad y en cada una de sus partes.
Para experimentar la renovación de nuestro entendimiento debemos desarrollar una disciplina en la meditación y memorización de la Palabra de Dios. Pidamos a Dios poder para aplicar su verdad a las circunstancias diarias que nos rodean, su Palabra nos revela el pecado, los hábitos no santos, remueve las malas actitudes de nuestro corazón y discierne nuestros pensamientos para que nuestra vida sea transformada y corregida por Dios.   Oración.
"Señor cuánto amo tu Palabra y cuánto la necesito en mi vida, no puedo hacer nada sin ella. Necesito cambiar mis actitudes, pensamientos y acciones. Enséñame a meditar en tu Palabra, a memorizarla y sobre todo a vivirla; quiero ser obediente, por eso ayúdame a morir a mi carácter y a permitir que fluyas en mí. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.