viernes, 30 de marzo de 2012

Resumen y aplicación


Resumen y aplicación
1. El amor ágape es el amor que Dios tiene por nosotros y que quiere que tengamos por El y los demás. Este es el amor desinteresado, de sacrificio
e incondicional.
2. Si no tenemos amor, no somos nada, y si hacemos cosas sin amor, no ganamos nada (1 Corintios 13:1-3).
3. "El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor". (1 Juan 4:8).
4. "Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados. Y andad en amor. Como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo
por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante". (Efesios 5:1-2).
5. El amor es demostrado por las acciones que incita.
6. El amor es el cemento que mantiene al cuerpo de Cristo unido. 7. El amor a Dios trae muchas
bendiciones.
8. "Todas vuestras cosas sean hechas con amor". (1 Corintios 16:14).

jueves, 29 de marzo de 2012

Preguntas y puntos de discusión

Preguntas y puntos de discusión
1. ¿Aprecia Dios señales de nuestro amor por El? (Marcos 14:3-9).
2. Lee Lucas 10:25-37. ¿Qué deberíamos hacer para heredar la vida eterna?
¿Quién es nuestro prójimo?
¿Cómo deberíamos tratar a nuestro prójimo?
3. Lee 1 Juan 4:7-21. ¿De dónde viene el amor?
¿Cómo es el amor consumado en nosotros?
¿Podemos confiar en el amor que Dios tiene por nosotros?
¿Por qué es el amor consumado en nosotros?
¿Hay miedo en el amor y por qué?
¿Podemos amar a Dios y odiar a nuestro hermano?
4. Discute maneras en las que podrías mejorar tus relaciones en la iglesia y en el mundo.
5. Dios sacrificó a su Hijo por nosotros. ¿Qué podemos darle y entregarle de buena gana?
6. ¿Por qué sigue el amor de Dios a los que son sus discípulos? (Salmo 23:6).
7. ¿Por qué debería ser el amor nuestra meta fundamental?

martes, 27 de marzo de 2012

El amor es la meta

El amor es la meta
El apóstol Pablo tenía el amor como meta para su ministerio. En 1 Timoteo 1:3-7 Pablo nos muestra que necesitamos tres cosas para obrar el amor de
Dios en nuestra vida. La razón de esto es que si estas tres cosas no están de acuerdo con lo que Dios quiere, lo que hacen es esbozar el amor de Dios y
por consiguiente no podemos recibir el amor de de la manera que El pretende para nosotros, y la manera que necesitamos. Estas tres cosas son:
1. Un corazón puro: nuestro corazón necesita estar limpio y puro antes que Dios nos pueda dar de sí mí Para estar limpios necesitamos valernos
de la obra de Jesús cuando derramó su sangre en la cruz. Esta sangre derramada nos capacita para recibir el perdón de Dios y su limpieza,
si sencillamente confesamos nuestro pecado. También necesitamos perdonar a los demás, porque Dios quiere que nosotros a quien se nos
perdonado mucho no tengamos rencor o deudas contra los demás. La pureza también habla de constan Necesitamos ser los mismos y reaccionar
de la misma manera, no importa con quién estemos o cuál sea situación (1 Pedro 1:22; 2 Timoteo 2:22; Mateo 5:8).
2 Una buena conciencia: necesitamos estar en paz con nuestra conciencia, porque si está turbada, he cruzado una frontera incorporada en nosotros
y hemos entrado en una situación de pecado. Nuestra conciencia es el timbre de alarma de Dios y cuando está perturbada nos sentimos incómodos
con nosotros mismos y Dios. Necesitamos tener una conciencia limpia y esto nos habilita para entrar con audacia una vez más en presencia
de Dios y libremente recibir el amor de Dios en nuestra vida (1 Timoteo 1:19; Hechos 24:16). Cuan pedimos a Dios que nos perdone por el pecado
que ha hecho estallar nuestra conciencia, entonces la sangre Cristo limpiará nuestra conciencia y la hará limpia de nuevo (Hebreos 9:14).
3. Una fe sincera: hemos de vivir por fe. "Sin fe es imposible agradar a Dios" (Hebreos 11:6). Tendríamos q tener la fe por la cual mantenernos
firmes y la fe para ir más allá de nuestros límites. Para hacer esto no podemos sencillamente confiar en nuestros propios recursos humanos. Necesitamos
entrar en Dios y salir fuera de nosotros. Esto significa dar el control a Dios. ¡Es como darle a Dios no sólo el volante sino todo el coche! El, entonces,
está libre para ir donde quiera y nosotros sólo le acompañamos. Así Dios puede obrar en nuestra vida el amor que es tan importante (Gálatas 5:6).

domingo, 25 de marzo de 2012

Cinco maneras en que recibimos el amor de Dios


Cinco maneras en que recibimos el amor de Dios
1. Directamente de Dios, es decir, dejamos que Dios abra su amor en nuestra vida (1 Tesalonicenses 3:12; 2 Pedro 1:3).
2. Por conocer a Dios cada vez en mayor medida. Hacemos esto al pasar tiempo con El; orar, escuchar, buscar y adorar etcétera. (Juan 17:26;
1 Juan 4:8).
3. Por entender los mandamientos de Dios y luego obedecerlos (Juan 14:21). El poner a Dios en primer lugar, a otros en segundo, y a nosotros
mismos por último, crea una armazón para que Dios obre su amor en nuestra vida.
4. Por entregar nuestra vida al Espíritu Santo para que pueda producir su fruto de amor en nosotros (Romanos 5:5; Gálatas 5:22).
5. Por hacer una elección consciente, de vestirse con amor y desechar todas las cosas que Dios no quiere. El amor está disponible para nosotros, podemos
vestirnos con él o rechazarlo, obrar hacia él o ignorarlo (Colosenses 3:12-14; 2 Pedro 1:5-9). Persigue el amor junto a aquellos que claman al Señor con
un corazón puro (2 Timoteo 2:22).

sábado, 24 de marzo de 2012

Los que aman al Señor tienen muchas bendiciones

Los que aman al Señor tienen muchas bendiciones
Incluidas:
- Dios es fiel, guardando su pacto de amor a mil generaciones (Deuteronomio 7:9; Éxodo 20:6). El amor de Dios les seguirá (Salmo 23:6).
- Dios les guarda (Salmo 145:20).
- Dios les ama (Proverbios 8:17).
- En todas las cosas Dios obra para su bien cuando son llamados y están conformes a su propósito para sus vidas (Romanos 8:28).
-"Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman". (1 Corintios 2:9).
- Dios vive en ellos (1 Juan 4:16)

viernes, 23 de marzo de 2012

Los que aman al Señor tienen muchas bendiciones
Incluidas:
- Dios es fiel, guardando su pacto de amor a mil generaciones (Deuteronomio 7:9; Éxodo 20:6). El amor de Dios les seguirá (Salmo 23:6).
- Dios les guarda (Salmo 145:20).
- Dios les ama (Proverbios 8:17).
- En todas las cosas Dios obra para su bien cuando son llamados y están conformes a su propósito para sus vidas (Romanos 8:28).
-"Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman". (1 Corintios 2:9).
- Dios vive en ellos (1 Juan 4:16).

lunes, 19 de marzo de 2012

La gloria del nuevo templo

ISRAEL SALIO DE EGIPTO EN ABRIL QUE EN EL CALENDARIO HEBREO ES EL PRIMER MES DEL AÑO.PARA MI ENTENDER TAN BIEN EL PROFETA HAGEO ESTA PROFETIZANDO AL NACIMIENTO DE CRISTO. EL NOVENO MES ES EL MES DE DICIEMBRE EL DÍA 24 EXACTA MENTE CUANDO SE CELEBRA. REPITO PARA MI ES LA FECHA MAS CLARA Hag 2:1

La gloria del nuevo templo


En el mes séptimo, a los veintiún días del mes, vino palabra de Jehová por medio del profeta Hageo, diciendo:

Hag 2:2 Habla ahora a Zorobabel hijo de Salatiel, gobernador de Judá, y a Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote, y al resto del pueblo, diciendo:

Hag 2:3 ¿Quién ha quedado entre vosotros que haya visto esta casa en su gloria primera,(A) y cómo la veis ahora? ¿No es ella como nada delante de vuestros ojos?

Hag 2:4 Pues ahora, Zorobabel, esfuérzate, dice Jehová; esfuérzate también, Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote; y cobrad ánimo, pueblo todo de la tierra, dice Jehová, y trabajad; porque yo estoy con vosotros, dice Jehová de los ejércitos.

Hag 2:5 Según el pacto que hice con vosotros cuando salisteis de Egipto, así mi Espíritu estará en medio de vosotros,(B) no temáis.

Hag 2:6 Porque así dice Jehová de los ejércitos: De aquí a poco yo haré temblar los cielos y la tierra,(C) el mar y la tierra seca;

Hag 2:7 y haré temblar a todas las naciones, y vendrá el Deseado de todas las naciones; y llenaré de gloria esta casa, ha dicho Jehová de los ejércitos.

Hag 2:8 Mía es la plata, y mío es el oro, dice Jehová de los ejércitos.

Hag 2:9 La gloria postrera de esta casa será mayor que la primera, ha dicho Jehová de los ejércitos; y daré paz en este lugar, dice Jehová de los ejércitos.


La infidelidad del pueblo es reprendida

Hag 2:10 A los veinticuatro días del noveno mes, en el segundo año de Darío, vino palabra de Jehová por medio del profeta Hageo, diciendo:

Hag 2:11 Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Pregunta ahora a los sacerdotes acerca de la ley, diciendo:

Hag 2:12 Si alguno llevare carne santificada en la falda de su ropa, y con el vuelo de ella tocare pan, o vianda, o vino, o aceite, o cualquier otra comida, ¿será santificada? Y respondieron los sacerdotes y dijeron: No.

Hag 2:13 Y dijo Hageo: Si un inmundo a causa de cuerpo muerto(D) tocare alguna cosa de estas, ¿será inmunda? Y respondieron los sacerdotes, y dijeron: Inmunda será.

Hag 2:14 Y respondió Hageo y dijo: Así es este pueblo y esta gente delante de mí, dice Jehová; y asimismo toda obra de sus manos; y todo lo que aquí ofrecen es inmundo.

Hag 2:15 Ahora, pues, meditad en vuestro corazón desde este día en adelante, antes que pongan piedra sobre piedra en el templo de Jehová.

Hag 2:16 Antes que sucediesen estas cosas, venían al montón de veinte efas, y había diez; venían al lagar para sacar cincuenta cántaros, y había veinte.

Hag 2:17 Os herí con viento solano, con tizoncillo y con granizo en toda obra de vuestras manos; mas no os convertisteis a mí, dice Jehová.

Hag 2:18 Meditad, pues, en vuestro corazón, desde este día en adelante, desde el día veinticuatro del noveno mes, desde el día que se echó el cimiento del templo de Jehová; meditad, pues, en vuestro corazón.

Hag 2:19 ¿No está aún la simiente en el granero? Ni la vid, ni la higuera, ni el granado, ni el árbol de olivo ha florecido todavía; mas desde este día os bendeciré.


Promesa de Jehová a Zorobabel

Hag 2:20 Vino por segunda vez palabra de Jehová a Hageo, a los veinticuatro días del mismo mes, diciendo:

Hag 2:21 Habla a Zorobabel gobernador de Judá, diciendo: Yo haré temblar los cielos y la tierra;

Hag 2:22 y trastornaré el trono de los reinos, y destruiré la fuerza de los reinos de las naciones; trastornaré los carros y los que en ellos suben, y vendrán abajo los caballos y sus jinetes, cada cual por la espada de su hermano.

Hag 2:23 En aquel día, dice Jehová de los ejércitos, te tomaré, oh Zorobabel hijo de Salatiel, siervo mío, dice Jehová, y te pondré como anillo de sellar; porque yo te escogí, dice Jehová de los ejércitos.

domingo, 18 de marzo de 2012

El amor mantiene al cuerpo de Cristo unido

El amor mantiene al cuerpo de Cristo unido
El amor de Dios es el cemento que mantiene unida a la iglesia, la cual es el cuerpo de Cristo. Necesitamos trabajar en esto por actos de consideración,
ánimo y desinterés. No sólo necesitamos ir con cuidado con nuestras acciones sino también con nuestras reacciones a lo que otros hagan o
digan. Este es el amor puesto a prueba. Recuerda que Dios es paciente con tus fallos y quiere que tengamos paciencia con los fallos de los demás.
Puede que veas tus fallos insignificantes comparados con otros, ¡pero puede que ellos y Dios no lo vean de esa forma! (Mateo 7:1-5).
¿Dónde estaríamos sin un Dios perdonador? (Hebreos 9:27-28). Un espíritu perdonador es lo que debes tener en el corazón aun antes que la
persona que te haya agraviado haya pedido disculpas. Nadie es perfecto excepto Jesús. Todos fallamos, en especial en el área de las relaciones.
Busca lo bueno en la gente y no mires sus fallos: ten paciencia con aquellos que tienen debilidades (1 Timoteo 1:15-17). Cuando la comunión se
rompe entre creyentes, tú eres responsable de actuar, incluso cuando la otra persona esté totalmente equivocada. Dios quiere que aquella gente sea
restaurada a un lugar correcto con El, por lo tanto perdónales y gánales de nuevo (Efesios 4:32). "Soportándoos unos a otros" y "teniendo
un espíritu perdonador" son conceptos sinónimos, es decir, iguales (Colosenses 3:13), pero no son reacciones automáticas que siguen a
nuestra conversión en discípulos de Jesús. Estas acciones envuelven un acto deliberado de la voluntad. Necesitamos hacer una elección
deliberada de mantener la unidad a pesar de lo que nos cueste a nosotros en el cuerpo de Cristo (la iglesia).

viernes, 16 de marzo de 2012

El amor es importante

El amor es importante
El amor es la cualidad más importante del Reino de Dios. El saberlo todo, mover montañas, dar todo lo que tenemos a los pobres, e incluso morir por
nuestra fe no significa nada si no tenemos amor (1 Corintios 13:1-3). El conocimiento y los dones del Espíritu son importantes, pero al final
todo será revelado y estas cosas no serán tan importantes. Entonces, si basamos toda nuestra vida y ministerio en estas cosas, acabaremos sin nada
porque estas cosas perecerán y serán perdidas. Serán como los juguetes de los niños que son divertidos y necesarios cuando somos niños, pero
inútiles cuando somos adultos. Necesitamos crecer en cosas más importantes, productivas y fructíferas, tales como la fe, la esperanza y el amor
(con mayor importancia el amor). El amor es la gran arma del cristianismo, no la sanidad ni la profecía. El amor nunca deja de ser, pero todo lo
demás perecerá. Puede que los dones del Espíritu sean el medio de expresar el amor de Dios, pero con mucha frecuencia nos fijamos en el don y
olvidamos por qué fue dado. Los dones están allí para señalar a la gente hacia Jesús, y demostrarle el amor de Dios (1 Corintios 13:8-13).
Los pasajes en la Biblia acerca de los dones del Espíritu Santo siempre están equilibrados con pasajes acerca del amor. Van mano a mano,
porque el poder sin amor es peligroso. El poder sólo debería ser una manera de capacitar y expresar el amor. El amor es lo que cuenta. El amor para
Dios y los demás debería ser la fuerza motivadora detrás de todo nuestro obrar para Dios.

miércoles, 14 de marzo de 2012

¿Cómo deberíamos demostrar nuestro amor a Dios?
1. Deberíamos estar agradecidos por quién es Dios. Dios el Padre es un Dios de amor, perdón, misericordia, fidelidad y justicia, etcétera.
2. Podemos dar gracias y gozarnos por todo lo que Dios ha hecho por nosotros. Ha hecho grandes cosas por nosotros que no necesitaba hacer, en
especial al mandar a su Hijo Jesús y revelarse a nosotros. Ha hecho una manera para que nosotros viniéramos a ser parte de su Reino y de convertirnos de
hecho en sus hijos (1 Juan 3:1).
3. Deberíamos desear conocer a Dios mejor, en especial mientras leemos y meditamos su Palabra y tenemos comunión con El en oración.
4. Podemos vivir una vida que agrade a Dios. Esta se muestra realmente cuando:
- Hacemos importante para nosotros lo que es importante para El (por ejemplo, crecer espiritualmente p ser como Jesús, demostrar amor el uno
al otro y ayudar a llevar a cabo la comisión de Jesús, de hacer discípulos para El, de todas las naciones).
-Vivimos un estilo de vida que agrade a Dios antes que a nosotros o al mundo (1 Juan 2:15-17).
-Voluntariamente tomamos las cargas de Dios por el mundo, en especial en oración (Mateo 6:9-10).
-Voluntariamente hacemos sacrificios por Dios e incluso estamos dispuestos a entregarlo todo si nos pide (Marcos 12:41-44).
5. Deberíamos ser obedientes a la Palabra de Dios y sus mandamientos (Juan 14:15; Mateo 7:21-23; 1 Juan 5:2-3).
6. Podemos decirle a Dios que le amamos cuando oramos, hablamos, alabamos y cantamos.
7. Pode8. Deberíamos amara nuestros hermanos e incluso a nuestros enemigos. El amor ágape está resuelto a buscar lo mejor de los demás.
Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida, en que amamos a los hermanos. El que no ama a su hermano, permanece en muerte.
(1 Juan 3:14)
Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él su corazón.
¿ Cómo mora el amor de Dios en él? Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en
verdad.
(1 Juan 3:17-18)
Amad a vuestros enemigos, y orad por los que os ultrajan y os persiguen.
(Mateo 5:44)
(Véase también Juan 13:34-35; Romanos 12:9-10; Gálatas 5:14; 1 Pedro 4:8)

lunes, 12 de marzo de 2012

Conclusión


Conclusión
E ningún sitio es el amor incondicional más plenamente expresado que en la cruz (1 Juan 4:10). Necesitamos ser animados para venir como niños a
nuestro Padre celestial. El sabe lo que es mejor para nosotros. Necesitamos venir al trono de gracia con confianza, para que podamos recibir
misericordia y hallar gracia para ayudarnos en nuestra hora de necesidad (Hebreos 4:16). Dios ha asegurado nuestro porvenir en cada área por
medio de la vida, muerte y resurrección de Jesús (Romanos 8:32).
i) Preguntas y puntos de discusión
1. ¿Por qué tantos cristianos se sienten condenados, indignos e insuficientes? Discútelo.
2. ¿Qué provisión ha asegurado Dios para nosotros para liberamos de condenación, y qué necesitamos hacer? (1 Juan 1:7-9)
3. ¿Es el sacrificio que hizo Jesús suficiente para cubrir todas nuestras necesidades?
4. ¿Dónde está Satanás con relación a nosotros y cuánto poder tenemos disponible para nosotros cuando estamos en Cristo? (Efesios 1:17-23).
5. Lee y discute las seis razones por las cuales fallamos en recibir nuestra sanidad, y compáralas con los tres hechos principales demostrando
que nuestra sanidad es una parte íntegra de la obra de Jesús en la cruz.
j) Resumen y aplicación
1. Dios ha prometido cubrir toda necesidad espiritual, física y material para todo su pueblo por la obra de Jesús en la cruz.
2. Los hijos de Dios deberían ser libres de condenación, porque tienen disponible para sí el perdón de Dios. 3. Dios ha prometido cubrir
todas nuestras necesidades según sus riquezas en gloria (Filipenses 4:19).
4. Jesús ha ganado para nosotros la victoria sobre el pecado, la muerte, el mundo y el poder de Satanás por su obra en la cruz.
5. La sanidad del cuerpo es una parte íntegra del propósito de nuestro Padre celestial en la obra de Jesús en la cruz del Calvario.

domingo, 11 de marzo de 2012

Seis razones por las cuales fallamos en recibir-nuestra sanidad


Seis razones por las cuales fallamos en recibir-nuestra sanidad
(1) Alguna gente no tiene fe en Dios para su sanidad (Santiago 5:15).
(II) El pecado personal sin confesar crea una barrera a la gracia de Dios (Santiago 5:16).
(III) La desunión persistente y extensa, el pecado e incredulidad en cuerpos de creyentes y familias impiden sanidad en los miembros individuales
del cuerpo (1 Corintios 11:30).
(IV) Por diagnóstico incompleto o incorrecto de lo que causa sus problemas, ]agente no sabe orar correctamente.
(V) Alguna gente supone que Dios siempre sana instantáneamente, y cuando no es sanada inmediatamente, deja de orar.
(VI) Alguna gente busca en la dirección equivocada su sanidad. Es importante oír la Palabra de Dios con respecto al proceso de sanidad.
Algunos tendrán un toque sobrenatural directamente de Dios para su sanidad, pero otros recibirán alivio y sanidad por ayuda médica o quirúrgica.
Recuerda, no toda sanidad viene de Dios, por consiguiente, es importante para nosotros ejercitar el don de discernimiento cuando
viene a estas áreas profundas de la vida.

sábado, 10 de marzo de 2012

La virtud de la sanidad


La virtud de la sanidad
El don universal que viene a la humanidad desde la cruz es el don de salvación en el sentido de perdón de pecados Sin embargo, la cruz del Calvario
también es la base de cada otra provisión que el Padre nos puede dar y nos dará según su voluntad. Esto incluye sanidad. Hay factores que controlan
si estas provisiones serán dadas en cada caso, por ejemplo, cuando necesitamos ejercitar más fe, o cuando nuestra vida impide que el Padre sea
tan generoso como quiere ser. Hay también otros factores escondidos. Sin embargo, esto no nos debería frenar la oración en fe o pedir al Padre
ayuda en todo momento de necesidad. Podemos confiar en el Señor, pero no le podemos manipular (Deuteronomio 29:29). Tres hechos principales
muestran que la sanidad del cuerpo es una parte íntegra del propósito del Padre en la obra del Calvario.
(I) Dios ha establecido el principio de sanidad en la muerte y resurrección de Jesús. Jesús murió contusionado y roto. Pero fue resucitado sano e
ileso.
(II) Las Escrituras testifican claramente de la inclusión de la sanidad física como parte de la obra del Calvario (Romanos 8:11). Jesús murió, no
solamente para llevar nuestros pecados, sino para llevar nuestras penas y nuestras enfermedades (Isaías 53:4-5; 1 Pedro 2:24). Jesús murió no
solamente para salvar nuestra alma; sino todo nuestro ser: espíritu, alma y cuerpo.
(III) El testimonio directo de sanidad está hoy en el poder del Espíritu Santo: el propósito de Dioses que vivamos
ahora en lo bueno y con el poder de la vida eterna. ¡No existe tal cosa como un creyente sin sanar!
La realidad es que la cruz fue el encuentro decisivo en la batalla entre el bien y el mal. Allí Satanás fue por fin desnudado de su poder y su
destino fue sellado definitivamente. ¡Pero todavía existe una guerra! Asimismo la obra decisiva ha sido conseguida para nuestra sanidad, pero todavía
no estamos plenamente sanados. Cada milagro de la gracia de Dios es un milagro de promesa. Es un tipo o indicador de lo que nos pertenecerá
cuando Jesús venga en su Reino de gloria. El hecho de que la batalla está ganada, pero no acabada, no nos impide ocuparnos en la guerra
espiritual a todos los niveles en el día de hoy. Al contrario, nos debería estimular. Así es con la cuestión de sanidad, ¡porque ciertamente esta es
parte de la batalla! No deberíamos inhibirnos de orar sólo porque nos damos cuenta de que todavía, no todo es perfecto.

miércoles, 7 de marzo de 2012

La virtud de la victoria


La virtud de la provisión
Al diablo no le importa que creamos en Dios, mientras sea un Dios que no hace nada. El propósito de Satanás es romper la relación de confianza
en Dios que el Espíritu Santo trae a la vida cuando nacemos de nuevo por su poder. Es por el Espíritu que conocemos a Dios como nuestro
Padre, y es por El que venimos a Dios nuestro Padre en sencilla confianza y fe (Romanos 8:15-16). "El que no escatimó ni a su propio Hijo,
sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con El todas las cosas?" (Romanos 8:32). Cada vez que luchamos con
un sentimiento de necesidad deberíamos volver al Calvario. Después de Jesús cualquier otra provisión ¡es una nota al pie de una página!
Todo lo que podarnos necesitar está incluido en El, y por fe en El conocemos esa liberación que nos da su provisión en nuestra vida día a día.                       La virtud de la victoria
En su muerte, Jesús consiguió victoria para nosotros sobre el pecado, la muerte, el mundo y el poder de Satanás: los grandes enemigos que persiguen
los pasos de todo ser humano. Satanás continuamente trata de llevarnos a la derrota y debilidad por estos medios. Necesitamos tener clara nuestra
victoria en Jesús, para que podamos vencer a Satanás en sus ataques a nuestra vida. Jesús ha ganado por nosotros la victoria sobre el pecado y la muerte
(Romanos 5:12,15).
Las dos grandes armas de Satanás: la culpabilidad y el miedo, son, por consiguiente, inefectivas en la vida de cristiano que se mantiene firme
en la obra acabada de la cruz. Jesús ha ganado por nosotros la victoria sobre e mundo. El mundo es aquel sistema satánico de maldad que ha
impregnado el orden de Dios y la sociedad humana; el cual lleva a los hombres y mujeres a la oscuridad y lejos de Dios. Pero por la obra acabada
de Cristo en la cruz que venció los principados y potestades de este mundo oscuro, podemos compartir su victoria en el poder presente del Espíritu
Santo (1 Juan 5:4-5). Ha ganado por nosotros victoria sobre Satanás. La cruz fue, en efecto, la batalla císmica entre el poder de Dios y el poder de
Satanás. Todo lo que fluye a nosotros desde la cruz, es posible porque Jesús ganó la victoria. Aquella victoria no fue ganada en algún rincón oscuro
y secreto, sino en la arena pública para que todos la vieran. Cuando Jesús clamó "consumado es", no clamaba en debilidad o desesperación sino
que proclamaba públicamente la poderosa victoria de Dios. En Jesús, Dios ha vencido todos los poderes de la tinieblas, así que ya no constituyen
una amenaza a los que se mantienen en fe en Cristo Jesús (Colosenses 2:13-16)..

martes, 6 de marzo de 2012


Comprender la cruz: (Tercera Parte)
La virtud de la cruz
a) Escrituras clave
1 Juan 2:1-2 1 Juan 4:4
2 Pedro 1 3 1 Pedro 2:24
b) Introducción
Satanás quiere que vivamos en incredulidad y desesperación y que dejemos de creer que el Padre puede cubrir nuestras necesidades. Pero Dios ha
establecido sus promesas y principios en la cruz del Calvario. Si Dios faltara en sostener a su pueblo y cubrirle en todo punto su necesidad espiritual,
física y material, estaría negando la obra que ha llevado a cabo por medio de su Hijo Jesús (2 Corintios 8:9). Hay cuatro áreas en que necesitamos
ver la obra acabada de Cristo: perdón, provisión, victoria y sanidad.                La virtud del perdón
La autocondenación es una característica común de nuestra experiencia humana. Muchos creyentes cristianos sufren de condenación de
espíritu. La realidad de los fracasos diarios en nuestro caminar con Dios, y la presión de nuestra interacción diaria con otra gente a
menudo llevan a sentimientos de indignidad e insuficiencia. El perdón es un hecho desde el punto de vista de Dios. En Cristo, ha cubierto
todos nuestros pecados y cuando venimos a El en arrepentimiento y confesión nunca deja de limpiarnos y darnos ese sentido de libertad
y frescura que es nuestro derecho por la muerte de nuestro Salvador. Pero al diablo nunca le gusta dejarlo allí. Le encanta aprovecharse de
nuestros sentimientos de debilidad e intenta llevarnos de nuevo a la condenación y esclavitud en nuestro corazón. Aquí es donde necesitamos
recibir nuestro perdón. Satanás intenta convencernos de que, de algún modo, necesitamos pagar por nuestros pecados. Pero esta es una
contradicción total a la enseñanza de las Escrituras y a la obra del Calvario. Jesús ha cubierto toda nuestra deuda y necesitamos recibir nuestro
perdón en El (1 Juan 1:7-9). Tenemos un Salvador que está en estos momentos hablando con el Padre en nombre nuestro. Al abrir la
boca y pedir perdón El está nombrando nuestro nombre ante nuestro Padre celestial

lunes, 5 de marzo de 2012

Preguntas y puntos de discusión


Preguntas y puntos de discusión
1. Lee Lucas 22:39-46 y Mateo 26:36-46. ¿Por qué crees que Jesús pasó por este momento y por quién lo hizo?
2. ¿Cómo se ocupó de nuestro pecado? (Hebreos 4:15; 9:26).
3. ¿Por qué era el sacrificio de Jesús en la cruz aceptable a Dios para nuestra salvación? (2 Corintios 5:21; Romanos 8:3-4).
4. ¿Por qué tenemos vida eterna como resultado de la obra de Jesús en la cruz? (Romanos 6:5-14, 23).
5. ¿Por qué se llama Jesús el último o segundo Adán? (1 Corintios 15:22, 45-49).                      Resumen y aplicación
1. Nuestro Padre celestial ofreció a su Hijo puro y sin pecado en la cruz para ser pecado por todos los hombres.
2. El hombre produjo su propia caída debido a su propia desobediencia, pero Dios alzó a Jesucristo, el último o segundo Adán para romper el
poder de ésta y librarnos.
3. Jesús es nuestro sustituto. El castigo que merecemos, El lo llevó en su Yo sin pecado en la cruz del Calvario.
4. Cuando nos damos cuenta de cuánto Jesús tuvo que sufrir por nosotros, ¿podemos hacer menos que tomar nuestra propia cruz, como
nos
lo pide, y seguirle a El?
22.

jueves, 1 de marzo de 2012

Jesús venció el pecado


Jesús venció el pecado
Jesús tuvo que vencer el pecado a dos niveles. Primero, al nivel de la vida cotidiana, donde venció el dominio del pecado en la carne por su
perfecta obediencia al Padre en el poder del Espíritu Santo. Segundo, en términos del juicio de Dios sobre el pecado, por medio del cual
recibió en sí mismo el castigo del pecado y de ese modo expió totalmente por ello, y derrotó el poder de la muerte por Su propia muerte
en la cruz. Jesús nació del Espíritu y vivió en el poder del Espíritu. Nunca supo lo que era pecar. En efecto, Jesús vivió al nivel de la
verdadera humanidad para la cual Adán fue creado y en la cual vivió hasta que cayó por la desobediencia. Jesús tenía un cuerpo real de
carne. Era como el nuestro, ya que era susceptible a la tentación, como era la carne de Adán antes de caer. Pero era diferente al nuestro
en que era gobernado por el Espíritu de Dios, y nunca conoció la realidad del pecado hasta el fin. Aquí es donde vemos la inmensidad
de su ofrenda en la cruz. En este momento hizo algo que nunca había experimentado antes, se abrió a la realidad y efectos del pecado
dentro de su propio cuerpo. No a su pecado, sino al pecado de todos los demás hombres, y en Sí mismo recogió todos sus horribles efectos y
juicio (2 Corintios 5:21). A.W. Tozer escribió: "La vieja cruz es un símbolo de muerte. Representa el repentino fin violento de un ser
humano. En tiempos romanos el hombre que llevaba su cruz y empezaba el camino no volvía. No salía para que redimieran su vida,
sino para que la acabaran".