domingo, 26 de marzo de 2017

1 Pedro 2:20-21

1 Pedro 2:20-21
Pero ¿Cómo pueden ustedes atribuirse mérito alguno si soportan que los maltraten por hacer el mal? En cambio, si sufren por hacer el bien, eso merece elogio delante de Dios. Para esto fueron llamados, porque Cristo sufrió por ustedes, dándoles ejemplo para que sigan sus pasos.
El sufrimiento es parte de nuestra vida. No es natural y por ello hacemos todo lo posible para evitarlo. ¿A quién le gusta sufrir? ¡A nadie! Pero cuando vemos el sufrimiento a través de los ojos de Dios, podemos entender que el sufrimiento es necesario para transformar y renovar nuestro carácter. Las pruebas, el maltrato, el sufrimiento, todo esto va dando forma a tus acciones, reacciones y pensamientos. Si no conocemos a Dios y alguien nos maltrata, ¿Cómo crees que reaccionarías? Obviamente devolveríamos mal con mal. Basta con salir a la calle y ver cómo abunda el deseo de venganza en lugar del amor. Pero Dios nos enseña algo distinto. Nos dice que fuimos llamados para soportar el maltrato y seguir dando buen testimonio. Nos exhorta a obedecer a nuestras autoridades y superiores sin importar que sean dignos o que nos traten bien. Nos enseña que nuestra autoridad principal es Dios y Él ha puesto cualquier autoridad en la tierra y a Él le agrada que nos sujetemos a ellas. Ahora, Dios, siendo conocedor de todo, nos advierte que habrá mucha injusticia. Nos prepara para lo que vendrá y además, nos da dirección: para esto fueron llamados, Cristo sufrió por ustedes dándoles ejemplo para que sigan sus pasos. No nos avientan al mundo para tratar de sobrevivir. Dios nos prepara y nos guía. Lo que nos corresponde hacer es tener fe y confiar en que sus pasos son mejores que los nuestros. Nos corresponde tomarnos de su amor y llenarnos de su consuelo para poder soportar todo esto. Piensa en esto por un momento: la biblia nos dice que no hay mérito o elogio en recibir sufrimiento si recibimos maltrato por haber hecho el mal. Por el contrario, hay mucho mérito en recibir maltrato, y continuar haciendo el bien. ¿De qué lado estás? ¿Cómo son tus reacciones? ¿Eres una persona arrebatada y explosiva? O por el contrario ¿Eres una persona que no hace nada y guarda todo? ¡Dios no quiere robots como siervos! Dios quiere corazones que estén dispuestos a entregarse por completo. Si alguien te maltrata, es normal que te enojes. Es normal que sientas impotencia. Lo que Dios quiere que hagas es doblar tus rodillas, deshacerte de tu orgullo y ponerte a orar pidiendo por paz. Ora porque tengas amor para tu prójimo. Ora para que puedas entender lo que Dios quiere que aprendas. Ora para que tus actos sean similares a los de Jesús. No ores para que se resuelvan los problemas. No ores para que no haya injusticias. No ores para que te cambien de jefe o para que se acabe esto o aquello. ¡No! Dios nos dice que habrá maltrato en nuestras vidas tal y como lo hubo en la de Jesús. Entonces tenemos dos opciones: vivir amargados y enojados cada vez que llega una prueba y atravesamos sufrimiento y maltrato o, vivir pegados al Señor pidiendo que nos llene de Él para poder dar un testimonio de mérito sin importar lo que estemos atravesando. ¿Qué vas a hacer? Yo te animo a que te entregues a Dios y camines sus pasos. Sí, habrá maltrato, pero servirá para moldearte conforme al corazón de Cristo.
Oración

Señor: te pido perdón por mis pecados. Te pido que pueda dar un buen testimonio aunque reciba maltratos. Te pido que tenga fe y pueda ser fuerte para controlar mi cuerpo y mis reacciones pues muchas veces van en contra de tu ejemplo. Te doy gracias por advertirme de lo que habrá de venir y te pido que pueda mantenerme en tus pasos en todo momento. Lléname de tu paz, de tu amor y de tu consuelo para que pueda vivir dando testimonio de Ti. Te lo pido en el nombre de Jesús. Amén.