miércoles, 29 de octubre de 2014

Santiago 3:5-6

Santiago 3:5-6
Así también la lengua es un miembro muy pequeño del cuerpo, pero hace alarde de grandes hazañas. Imagínense, ¡qué grande bosque se incendia con tan pequeña chispa! También la lengua es un fuego, un mundo de maldad. Siendo uno de nuestros órganos, contamina todo el cuerpo y, encendida por el infierno, prende a su vez fuego a todo el curso de la vida.


¿Qué tanto puede hacer la lengua? ¿En verdad tiene el poder de “encender” todo un bosque? Como siempre, las respuestas las tiene la Biblia y no nuestras opiniones. Hay una gran cantidad de versículos que hacen referencia a la lengua y el cuidado que debemos tener sobre la misma. Esto me da a entender que es un miembro sumamente peligroso. Ahora, este mismo miembro también tiene poder para generar lo bueno: compartir la palabra de Dios.
Estas palabras no fueron escritas para crear un debate entre lo que pueden hacer nuestras palabras y lo que no. Esto es una advertencia, un llamado a protegerte de tus propias palabras, a poner atención y entregar tu lengua a Dios para que puedas aprender a dominarla a través de su Espíritu Santo.
Reflexionando un poco sobre la lengua, me sorprende de lo que se puede lograr a través de ella. Se han levantado revoluciones o logrado independencias a través de las palabras de un caudillo. Todo un país siendo transformado por las palabras de aquellos que pensaron que las cosas debían ser diferentes. También, tenemos el tema actual que la lengua encabeza, el fraude. Gracias a la palabrería de las personas, millones de personas han sido víctimas de un fraude. Pero como escribí unas líneas atrás, este poder tan grande que está almacenado en nuestra lengua, también puede ser utilizado para dar gloria a Dios. A través de la lengua, los discípulos de Jesús llegaron a compartir el evangelio y lo dieron a conocer en gran parte del mundo. Gracias a los planes de Dios y su obediencia, esas palabras cambiaron la forma de contar los años Antes de Cristo (A.C.) y Después de Cristo (D.C.) ¿te das cuenta de la relevancia que tiene lo que dices?
Tristemente, si no pones atención, “quemarás” varios bosques en tu vida.
He visto lo impresionantes e indomables que llegan a ser los incendios. También recuerdo de haber pasado por una zona de bosque en la cual, un año anterior había sido devastada por un gran incendio. La escena es triste y desalentadora. Gris. Sin color. Miles de árboles quemados. Sin vida. Todo comenzó con una pequeña chispa que no fue controlada. Lo mismo puede pasar con tu vida si no controlas tu lengua. Familias son destrozadas por la lengua, matrimonios divididos, hijos aislados y con corajes, amistades rotas, problemas laborales, etcétera. Te quiero animar a que medites en las consecuencias de tus palabras. Un pequeño miembro, la lengua, tiene el poder de contaminar ¡todo tu cuerpo! ¡Piénsalo!

Oración
Señor: te doy gracias por enseñarme con tu palabra que la lengua es peligrosa. Perdona todo lo mal que la he utilizado. Guíame para no estar creando incendios en mi vida por causa de ella y por el contrario que se generadora de bendición. Perdona mis pecados Señor y escucha mi oración en el nombre de Jesús.
Amén