Desarrollando el carácter de Cristo.
«Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo,
mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del
Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.» Gálatas 2:20
El apóstol Pablo pudo experimentar esa realidad espiritual de
la nueva vida en Cristo que todo creyente debería disfrutar, por eso llegó a
expresar: “ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí”, Pablo alcanzó la madurez
espiritual para realizar dicha afirmación, y en la carta a los Gálatas 2:20 nos
muestra la manera práctica para que nosotros también podamos alcanzar esa
madurez desarrollando el carácter de Cristo en nuestras vidas.
Lo primero que debemos resaltar es que debemos tener claro
que “Con Cristo estamos juntamente crucificados”, lo cual implica una
renovación en nuestra manera de pensar, aceptando esta verdad espiritual, pues
como se aclara en Romanos 6:5-12 gracias a la obra de Cristo en la cruz, cada
creyente es libre del poder del pecado, es decir que ya no debemos dejarnos
dominar por las pasiones ni las concupiscencias de la carne.
Lo segundo que nos enseña el Apóstol es que ya debemos dejar
de vivir nosotros, para que sea la vida de Cristo la que se exprese a través
nuestro, por eso declara “ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí”, y esto se
logra a medida que aceptamos las verdades espirituales en Cristo Jesús para que
por medio de la comunión del Espíritu Santo él nos permita experimentarlas de
manera vivencial en nuestro diario vivir.
Ahora bien, la clave para poder dejar de vivir nosotros y
permitirle a Cristo vivir su vida en nosotros se encuentra en esta poderosa
afirmación: “y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de
Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.”, pues la fe y el amor son
fundamentales, ya que creer cada aspecto de la obra de Cristo, nos permitirá
experimentar por el poder y el amor del Espíritu Santo esa realidad espiritual.
Así que hermanos, este mes nos centraremos en pedirle a Dios,
que su Santo Espíritu desarrolle el Carácter de su Hijo Jesús en nuestras
vidas, para poder decir al igual que Pablo: “ya no vivo yo, mas vive Cristo en
mí. Oración.
«Padre Dios, hoy quiero elevar mi oración a ti, para pedir tu
ayuda, pues mi deseo es que tu Santo Espíritu desarrolle en mí el carácter de
tu amado Hijo Jesucristo. Quiero poder experimentar esa realidad de que sea
Cristo viviendo su vida en mí, para glorificarte y exaltarte a ti. Te lo pido
en el nombre de Jesús. Amén.