miércoles, 4 de noviembre de 2020

Porque no hay diferencia

 

Porque no hay diferencia


“Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y por los profetas; la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia, por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús,” Romanos 3:21-24

Todos estábamos en pecado, destituidos de la gloria de Dios, (Romanos 3:10-18) y la ley de Dios nos muestra esa condición, revela nuestro pecado y nos condena, pero la justicia de Dios se ha revelado en Cristo, para ofrecer salvación para todos los que creen en Él, y es clave la declaración de la palabra: “Porque no hay diferencia”, ya que esta verdad deja sin argumentos toda teoría de que la justicia de Dios, fue dada a unos pocos por su elección soberana; si bien es cierto que Dios es soberano, su soberanía actúa de la mano de su gran amor, permitiendo que por medio del evangelio, su justicia sea revelada por fe y para fe (Romanos 1:17), para que por medio de la fe en Cristo, fuésemos justificados gratuitamente por su gracia.

Todo se trata de Cristo, si quitamos a Jesús de la ecuación, todo se vuelve confuso, ya que el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía (Apocalipsis 19:10).

Claro que Dios pudo tener vasos para honra y vasos para deshonra, para mostrar su gloria y poder, su innegable majestad y soberanía (Romanos 9:22-29), y aun así, en el amor de Cristo, quiso por medio de la fe, ser hallado por quienes lo buscan, no por las obras que demanda la ley (Romanos 9:30-33), como contundentemente concluye la palabra de Dios: “¿Por qué? Porque iban tras ella no por fe, sino como por obras de la ley, pues tropezaron en la piedra de tropiezo” (Romanos 9:32).

El entendimiento de la salvación por medio de la fe en Cristo, de su justicia revelada por fe y para fe, nos lleva a ser transformados en nuestra conducta, siendo poseedores de tan alto regalo y nos debe llevar a compartir el mensaje de salvación a toda criatura, porque Dios no quiere que nadie se pierda, sino que es paciente por amor; queriendo que todos cambien su manera de pensar. (2 Pedro 3:9).  Oración.

«Padre, quiero llevar tu mensaje de salvación y amor a todos los hombres, tu revelación de justicia en Cristo, por medio de la fe, para que mi familia, mis amigos y todos los que me rodean, conozcan por medio del evangelio, la salvación y el gran amor que Dios nos manifestó en Jesús. Amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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