martes, 5 de enero de 2010

Exodos 17

Exodos 17 -

CAPÍTULO 17
Versículos 1-7. Los israelitas murmuran por agua en Refidim-Dios les manda agua de la roca. 8-16. Amalec es vencido-Las oraciones de Moisés.

Vv. 1-7.Los hijos de Israel viajaron conforme al mandamiento del Señor, conducidos por la columna de nube y fuego, pero llegaron a un lugar donde no había agua para que ellos bebieran. Nosotros podemos andar por el camino del deber, pero encontrarnos con problemas, a los que nos lleva la Providencia, para probar nuestra fe, y para que Dios sea glorificado en nuestra liberación. Ellos empezaron a preguntarse si Dios estaba o no con ellos. Esto lo llama “tentar a Dios”, lo que significa desconfiar de Él después de haber recibido tales demostraciones de su poder y bondad.
Moisés les respondió con gentileza. Necio es responder pasión con pasión; eso empeora lo malo.
Dios en su gracia se presentó para ayudarles. ¡Qué maravillosa la paciencia y tolerancia de Dios hacia pecadores que lo provocan! Para mostrar su poder y su compasión y para hacer un milagro de misericordia, les dio agua de la roca. Dios puede abrir fuentes para nosotros donde menos las esperamos. Quienes, en este desierto, guardan el camino de Dios, pueden confiar en que Él les proveerá. Además, que esto nos lleve a confiar en la gracia de Cristo. El apóstol dice que la Roca era Cristo, 1 Corintios x, 4; era un tipo de Él. Aunque la maldición de Dios podría haber sido justamente ejecutada contra nuestras almas culpables, he aquí al Hijo de Dios, que es herido por nosotros. Pidamos y recibamos.
Hubo una provisión abundante y constante de esta agua. Por numerosos que sean los creyentes, la provisión del Espíritu de Cristo es suficiente para todos. El agua brotó de la roca en corrientes para refrescar el desierto y los acompañó en su camino a Canaán; y esta agua brota de Cristo, por medio de las ordenanzas, al desierto estéril de este mundo, para refrescar nuestras almas hasta que lleguemos a la gloria.
Al lugar se le dio nuevo nombre, para recordar, no la misericordia de la divina provisión, sino el pecado de la murmuración: “Masah”, tentación, porque tentaron a Dios; “Meriba”, rencilla, porque riñeron con Moisés. El pecado deja una mancha sobre el nombre.

Vv. 8-16.Israel se comprometió en una lucha necesaria con Amalec en defensa propia. Dios da capacidad a su pueblo, y lo llama a diversos servicios por el bien de su iglesia. Josué pelea, Moisés ora, ambos ministran a Israel. La vara fue sostenida en alto, como estandarte para dar valor a los soldados. Y también hacia Dios como un modo de apelar a Él.
Moisés estaba cansado. El brazo más fuerte fallará si está extendido por mucho tiempo; sólo la mano de Dios permanece extendida todo el tiempo. No vemos que a Josué le pesaran las manos para pelear, pero a Moisés le pesaban las manos para orar; mientras más espiritual es un servicio, más dados somos a fallar y a rendirnos.
Para convencer a Israel que la mano de Moisés, contra quien habían reñido, estaba haciendo más en su defensa que sus propias manos, su vara más que la espada de ellos, la victoria se produce o decae según Moisés levante o deje caer sus manos. La causa de la iglesia es más o menos exitosa en la medida que sus amigos sean más o menos firmes en la fe y fervientes para orar. Moisés, el hombre de Dios, está feliz de recibir ayuda. No debemos avergonzarnos de pedir socorro o de brindar ayuda a los demás.
Las manos de Moisés así sostenidas, estuvieron firmes hasta que se puso el sol. Fue un gran estímulo para la gente ver a Josué delante de ellos en el campo de batalla, y a Moisés en lo alto en la colina. Cristo es ambos para nosotros: nuestro Josué, el Capitán de nuestra salvación, que pelea nuestras batallas, y nuestro Moisés, que vive siempre, intercediendo en lo alto para que nuestra fe no decaiga. Las armas formadas contra el Israel de Dios no pueden prosperar por mucho tiempo y, por último, serán quebrantadas.
Moisés debía escribir lo que había sido hecho , lo que Amalec había hecho contra Israel; escribe el amargo odio de ellos; escribe sus crueles intentos; que nunca se olvide, ni tampoco lo que Dios había hecho por Israel para salvarlo de Amalec. Escribir lo que debe hacerse ; para que en el curso del tiempo Amalec sea totalmente arruinado y desarraigado. La destrucción de Amalec era un tipo de la destrucción de todos los enemigos de Cristo y de su reino.