jueves, 7 de marzo de 2024

Nuestra justificación

 


Nuestra justificación

“Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá.” Romanos 1:17

“Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente, porque: El justo por la fe vivirá;” Gálatas 3:11

Tratamos frecuentemente de hacer obras que agraden a Dios y nos acerquen a Él, pero con la misma frecuencia, nos sentimos vacíos y fracasados, porque si bien hacemos algo que a Dios agrade, también obramos actos que le ofenden, y permanecemos, así como en un ciclo infinito en el cual no hallamos salida, plenitud o satisfacción, sino que, por el contrario, permanecen en nosotros la inseguridad, el temor y la culpa. Pero esto es con justa causa, pues la Escritura dice que “por la ley ninguno se justifica para con Dios”. En otras palabras, a través de nuestras propias buenas obras e intenciones, no es posible que seamos justos delante de Dios, sino que añade la Escritura “El justo por la fe vivirá;” queriendo decir con esto que, aquel que se acerca a Dios por medio de la fe y más exactamente por la fe en Jesucristo, será declarado justo delante de Dios, siendo esta la manera única y correcta de nosotros poder vivir y agradar a Dios.

Debe ser de nuestro entero conocimiento que gracias a la obra de nuestro Señor Jesucristo, ya Dios no nos ve como a pecadores, sino como a redimidos o liberados del pecado, la muerte y la condenación por la sangre de su Hijo Jesucristo (Romanos 3:23-26). Dice la Palabra en Gálatas 3:28-29 que cada persona que cree en Jesucristo está revestida de Cristo, significando esto que cuando Dios dirige su mirada hacia nosotros, ve a su Hijo en nosotros, lo que le permite tratarnos como a personas justas y dignas de estar en su presencia y de recibir toda su herencia “pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús;” Gálatas 3:26. De manera que, se nos ha dado a conocer la verdad acerca de nuestra justificación delante de Dios, para que, como dice la Escritura, creamos y nuestra vida esté fundamentada y sustentada por la fe (Romanos 1:17).  Oración.

«Papá Dios, la gloria, la honra y la alabanza son siempre y solo para ti, pues eres el justo y quien nos justifica por la fe en tu amado Hijo, nuestro Señor y Salvador, amén.