domingo, 26 de julio de 2020

¿Pedro, me amas?


¿Pedro, me amas?

“Cuando hubieron comido, Jesús dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que éstos? Le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. Él le dijo: Apacienta mis corderos. Volvió a decirle la segunda vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. Le dijo: Pastorea mis ovejas. Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas. “Juan 21:15-17
Jesús pregunta a Pedro si lo ama, esta palabra es traducida del griego “agapao”, que denota un amor sacrificial, y en el contexto que lo hace Jesús, le pregunta si lo ama por encima de todo con un amor sacrificial, sin embargo, Pedro le responde que lo ama, con la palabra griega “filéo”, que significa un amor filial o de amistad, más parecido a querer. Pedro fue sincero, porque antes, recordemos, había dicho que lo iba a seguir, si era preciso, hasta la muerte (Lucas 22:33), pero realmente, al final del día , lo negó (Mateo 26:69-75). Su amor al principio, por Cristo, sólo se quedó en palabras bonitas, o buenas intenciones.
En contraste, el Señor Jesús, luego de resucitar, se presenta a Pedro, queriendo enseñar que su amor por él se mantuvo constante, y vuelve a confiar en Pedro, para que continúe dando testimonio de la verdad.
Cristo le mostró a Pedro lo limitado del amor de un hombre (fileo), pero lo ilimitado y sobreabundante amor que tiene Dios por nosotros (ágape), así que Cristo murió por darle salvación y vida eterna a Pedro y así también lo hizo con nosotros a pesar de que nuestro amor por Él no era perfecto, o no teníamos amor; Él nos regaló de su amor, cuando puso su vida en sacrificio, un amor sacrificial.
Así que, si recibimos el amor de Dios, seremos sanados, reafirmados y establecidos, porque la fe obra por el amor, como dice la escritura: “porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión, sino la fe que obra por el amor.” (Gálatas 5:6). Cuando entendemos lo mucho que Dios nos ama, cuando ese amor se revela en nuestra vida, somos transformados, porque “El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas? “(Romanos 8:32). Entonces, ¿amas a Cristo?  Oración.
«Padre, gracias porque por medio de la fe en Cristo he recibido la plenitud de tu amor y ahora verdaderamente puedo decir que te amo, con el amor con que tú me amaste primero entregando a tu hijo unigénito, por mí, en la cruz del calvario. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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