lunes, 9 de marzo de 2020

Mantengamos la calma y la compostura - Parte 2


Mantengamos la calma y la compostura - Parte 2
“Y estos tres varones, Sadrac, Mesac y Abed-nego, cayeron atados dentro del horno de fuego ardiendo. Entonces el rey Nabucodonosor se espantó, y se levantó apresuradamente y dijo a los de su consejo: ¿No echaron a tres varones atados dentro del fuego? Ellos respondieron al rey: Es verdad, oh rey. Y él dijo: He aquí yo veo cuatro varones sueltos, que se pasean en medio del fuego sin sufrir ningún daño; y el aspecto del cuarto es semejante a hijo de los dioses.” Daniel 3:23-25
El decreto del rey Nabucodonosor, obligaba a todos a adorar una estatua o ídolo, levantado por él al oír el sonido de cualquier instrumento musical. Esta práctica era para todos los pueblos, naciones y lenguas (Daniel 3:4-5), sin embargo, tres hombres no obedecieron este mandato porque iba en contra de Dios y su Palabra, prefirieron obedecer a Dios antes que a mandatos de hombres.
Lo más importante, es que confiaron en Dios, aun en medio del fuego, prefirieron entregar sus cuerpos antes que servir y adorar a otro dios y en recompensa a esta confianza Dios los libró y los mostró como ejemplo a todas las naciones de ese tiempo para mostrar su gloria y poder. (Daniel 3:28-29).
El mismo rey Nabucodonosor reconoció que no hay dios que pueda librar como el Dios de estos jóvenes y este es el Dios que tenemos, todos los que hemos creído en Jesucristo. Ahora, ¿cómo reaccionamos cuando estamos sometidos a una situación extrema? Una deuda, un insulto por parte de otra persona, una enfermedad, un rechazo, todas son situaciones difíciles que nos quieren quemar o ahogar, pero, tomando ejemplo de la situación descrita en Daniel capítulo 3, debemos ser como estos jóvenes y demostrar con valentía nuestra confianza en Dios.
Ellos demostraron con hechos y determinación, su confianza en Dios, por tanto, tengamos nosotros la misma actitud y correspondencia ante un Dios todopoderoso que nos promete que: “Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti.” ( Isaías 43:2)  Oración.
«Padre, puedo confiar plenamente en ti en toda situación, aunque sea extrema y ésta alcance los límites de mi vida, sé que allí estarás para darme la salida y valor, no me dejarás, ni me abandonarás. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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