sábado, 25 de julio de 2015

Salmos.2.v1-12


Salmos.2.v1-12 David pudo haber escrito estas palabras en medio de una conspiración por parte de alguna de las naciones paganas vecinas. Elegido y ungido por Dios, David sabía que Dios cumpliría su promesa de traer al Mesías al mundo por medio de su descendencia (2Sa_7:16; 1Ch_17:11-12).

2.3 A menudo la gente piensa que será libre si escapa de Dios. Sin embargo, siempre serviremos a alguien o a algo, ya sea a un rey humano, una organización o a nuestros propios deseos. Así como un pez no se libera cuando sale del agua, y un árbol no se libera cuando deja el suelo, no somos libres cuando dejamos al Señor. La única ruta segura hacia la libertad es servir sinceramente a Dios, el Creador. El puede liberarlo para que llegue a ser la persona que El siempre quiso que usted fuera.

2.4 Dios se ríe, no de las naciones, sino de la idea errónea que tienen del poder. Es la clase de risa de un padre cuando su hijo se jacta de correr más aprisa que su padre o de poder ganarle en una lucha. El padre sabe las limitaciones de su hijo, y Dios conoce las limitaciones de las naciones. Cada nación es limitada, pero Dios es trascendente. Si tiene que elegir entre depositar su confianza en Dios o en las naciones, ¡elija a Dios!

2.4 Dios es Todopoderoso. Creó el mundo y conocía los imperios de la tierra mucho antes de que existieran (Dan_2:26-45). Pero el poder y el orgullo originó que las naciones y los líderes se enfurecieran contra Dios e incluso trataran de liberarse de El. Nuestro mundo tiene muchos líderes que se jactan de su poder, que se quejan y enfurecen contra Dios y su pueblo, que prometen tomar el poder y forman su propio imperio. Pero Dios se ríe debido a que cualquier poder que tengan proviene de El, y puede quitárselo. No debemos tener miedo cuando los tiranos se jacten. Todos ellos están en las manos de Dios.

2.11, 12 "Honrad al hijo" se refiere a rendirse y someterse completamente al Rey. Cristo no es sólo el Rey escogido por Dios, sino que también debe ser Rey en nuestros corazones y en nuestra vida. Para poder estar listos para su venida, debemos someternos a su liderazgo cada día.