viernes, 19 de agosto de 2022

Caminar con el Maestro me transforma

 

Caminar con el Maestro me transforma


“No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.” Romanos 12:2.

“Este halló primero a su hermano Simón, y le dijo: Hemos hallado al Mesías (que traducido es, el Cristo). Y le trajo a Jesús. Y mirándole Jesús, dijo: Tú eres Simón, hijo de Jonás; tú serás llamado Cefas (que quiere decir, Pedro)” Juan 1:41-42.

El proceso del discipulado es un proceso de transformación del carácter del cristiano que se da a medida que pasamos tiempo con el Maestro, quien, al caminar junto a nosotros nos enseña las verdades y promesas que ya son nuestras gracias a su obra en la cruz. Estas verdades al ser escuchadas producen en nosotros fe, pues la fe viene por el oír y el oír la Palabra de Dios, lo cual genera que nuestra manera de pensar empiece a ser renovada con la ayuda del Espíritu Santo, lo cual permite que seamos transformados.

Pedro es un buen ejemplo de lo que ocurre durante el proceso de discipulado, su vida, una vida inestable, llena de altibajos, donde podía pasar de hacer afirmaciones tan certeras como que Jesús era el Cristo, el Hijo del Dios viviente, a negar que conocía a Jesús; fue transformada a una vida estable al caminar al lado del Maestro.

El significado del nombre de Simón, es pajita o junco, algo que da a entender inestabilidad, pero Pedro significa roca, algo fuerte que da la idea de estabilidad. Cuando Jesús le dice a Simón que será llamado Pedro, le está mostrando que él mismo va a ser transformado gracias a la obra de Cristo. Y efectivamente eso es lo que vemos en la vida de Pedro, una transformación, pues él llegó a convertirse en uno de los pilares de la iglesia primitiva, siendo un instrumento poderoso en la obra del Señor.

Si al igual que Pedro, cada uno de nosotros los creyentes, somos intencionales en buscar al Maestro para caminar junto a Él todos los días, lograremos experimentar la estabilidad y el equilibrio en nuestras vidas cristianas, y al igual que Pedro podremos ser utilizados como instrumentos poderosos en las manos de Dios, para ser pilares de su Iglesia y ejemplo y canales de su gran amor.  Oración.

«Señor Jesús, mi Maestro, hoy quiero caminar a tu lado, enséñame cómo vivir una vida cristiana plena y equilibrada, que tu Santo Espíritu me recuerde todas tus verdades y promesas y me ayude a ser un instrumento de amor en tus manos. Amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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