miércoles, 1 de noviembre de 2023

Cansado del camino

 


Cansado del camino

“Vino, pues, a una ciudad de Samaria llamada Sicar, junto a la heredad que Jacob dio a su hijo José. Y estaba allí el pozo de Jacob. Entonces Jesús, cansado del camino, se sentó así junto al pozo. Era como la hora sexta”. Juan 4:5-6

“Pues en cuanto él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados”. Hebreos 2:18

En este pasaje Juan enfatiza la humanidad de Jesús. El Señor había caminado desde Jerusalén hasta Samaria, este viaje seguramente les había tomado dos días y medio de su tiempo a Él y a sus discípulos, considerando que era el medio día y hacía mucho calor, era lógico que Jesús y su compañía estaban cansados, tenían hambre y sed. Cuando llegaron a la bifurcación de la carretera Jesús se sentó a descansar, los discípulos se adelantaron al pueblo a comprar provisiones.

Todo lo humano y lo divino se unió ahí en ese lugar, para dar una manifestación gloriosa de majestad, gracia, misericordia y paciencia, para llevar luz a un pueblo pagano, que necesitaba esperanza. Jesús reposó y se sentó en una piedra, nada de lo que hacía se salía de su propósito eterno.

Él solo quería descansar y tomar un poco de agua, fue tan humano como nosotros siendo Dios, por eso se identifica tanto con nuestras necesidades, Él también se cansaba y necesitaba parar por un momento, como cuando tenemos que hacerlo porque trabajamos jornadas largas, cuando enfrentamos pruebas y desafíos que nos desaniman y nos hacen perder el entusiasmo, o cuando nos desalentamos porque quisiéramos tener más tiempo para hacer muchas cosas y se nos acaban las fuerzas.

Nos agobiamos cuando nuestros cuerpos y nuestras mentes están agotados por el trajín del día a día. Jesús entiende esto, sabe cuándo atravesamos dificultades y lo que tenemos que hacer para superarlas, por eso dijo en Mateo 11: 28 “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar”. Y no solo nos entiende porque experimentó nuestras fatigas, sino que está dispuesto ayudarnos en medio de nuestra debilidad, miremos lo que dice la Palabra de Dios en Isaías 40: 29-31 “El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas. Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen; pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán”.

También se compadece de nosotros como dice hebreos 4:15 “Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado”.

El Señor Jesús entiende nuestras luchas porque Él las sufrió como ser humano, Él puede ayudarnos a salir victoriosos de cualquier situación, acudamos a su presencia para que nos provea de manera sobrenatural de nuevas fuerzas, descanse nuestro cuerpo y alma; y nos dé ánimo a través de sus promesas para que sigamos adelante, pidamos la llenura del Espíritu Santo, para que refresque y aliente nuestro espíritu.  Oración.

«Amado señor Jesucristo, hoy vengo ante ti, humilde y sediento de tu presencia, necesito que renueves mis fuerzas para seguir adelante y refresques mi espíritu con tu poder sobrenatural, renueva mi gozo, mi esperanza y haz que halle descanso para mi alma, en el nombre de Jesús, amén.    Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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