miércoles, 7 de abril de 2021

Es con misericordia y verdad que se corrige el pecado

 


Es con misericordia y verdad que se corrige el pecado

“Con misericordia y verdad se corrige el pecado, y con el temor de Jehová los hombres se apartan del mal.” Proverbios 16:6

“La lengua de los sabios adornará la sabiduría; más la boca de los necios hablará sandeces.” Proverbios 15:2

Es quizá una de las cosas más difíciles para nosotros como personas, el corregir o amonestar con “misericordia y verdad” a quien nos ofende, pero si es así de complicado es porque también será así de recompensado y todo parte del principio básico de obedecer a Dios para comprobar cómo nos va bien en todo lo que hacemos (Josué 1:8).

Cuando nosotros somos testigos del pecado de otra persona no podemos ser necios y caer en su error; por ejemplo, cuando alguien te habla grosera o iracundamente, tú no puedes responder de la misma manera porque estarías siendo necio y además participe de su pecado, pero si por el contrario respondes suavemente, con humildad, paciencia, misericordia y verdad estarás siendo sabio y corrigiendo su pecado como Dios manda (Proverbios 16:6). Adicional a esto, es importante también recordar que la única manera sabia y segura en que nosotros podemos corregir y persuadir a otra persona para que se aparte del mal y deje de actuar de manera necia, es con la enseñanza de la verdad de Dios (infundir en ella el temor a Dios), debemos tener claro que la única Palabra poderosa para hacer que un alma se convierta de sus malos caminos, no es la nuestra sino la perfecta ley de Dios (Salmos 19:7); es la Palabra viva capaz de discernir los pensamientos más íntimos y las intenciones más profundas del corazón de una persona (Hebreos 4:12).

Así que, querido hermano en Cristo, es hora de dejar de actuar en tus fuerzas y tu sabiduría, permite que sea Dios a través de su Palabra quien te moldee primeramente a ti para poder responder con misericordia y verdad ante una ofensa; luego, Dios te usará para que ores por tu ofensor e inicies una sabia enseñanza de su Palabra, infundiendo en él, el temor del Señor que es limpio y permanece para siempre (Salmos 19:9).   Oración.

«Papito Dios, has sido tan misericordioso conmigo; cuantas veces me caigo, Tú me levantas, tantas veces te fallo, Tú me perdonas y me corriges; te pido Padre Santo, que me permitas comprender que, así como eres Tú conmigo, debo ser yo con mi prójimo, en el nombre de Cristo Jesús. Amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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