El carácter amoroso del Padre con Israel y con la humanidad
“Cuando Israel era muchacho, yo lo amé, y de Egipto llamé a
mi hijo. Cuanto más yo los llamaba, tanto más se alejaban de mí; a los baales
sacrificaban, y a los ídolos ofrecían sahumerios. Yo con todo eso enseñaba a
andar al mismo Efraín, tomándole de los brazos; y no conoció que yo le cuidaba.
Con cuerdas humanas los atraje, con cuerdas de amor; y fui para ellos como los
que alzan el yugo de sobre su cerviz, y puse delante de ellos la comida.” Oseas
11:1-4
Es maravilloso ver el carácter de amor del Padre Dios por su
pueblo Israel, y muy triste observar cómo su pueblo, en muchas ocasiones no
correspondió a su amor, el libro de Oseas 11:1-4 nos deja claro cuánto amor
expresa Dios a su pueblo al decirle “Cuando Israel era muchacho, yo lo amé” y
nos deja ver cómo los trataba como a hijos, pues enseguida declara “y de Egipto
llamé a mi hijo” en contraste dice de su pueblo “Cuanto más yo los llamaba,
tanto más se alejaban de mí; a los baales sacrificaban, y a los ídolos ofrecían
sahumerios”, es como si esos mandamientos de Dios, dados en el monte Sinaí,
hubieran entrado por un oído y salido por el otro, “No tendrás dioses ajenos
delante de mí. No te harás imagen … No te inclinarás a ellas, ni las honrarás;
porque yo soy Jehová tu Dios” fue algo que se les olvido, o peor aún, que
sabiéndolo no les importó, sin embargo podemos ver ese carácter de amor de Dios
cuando dice: “Yo con todo eso enseñaba a andar al mismo Efraín, tomándole de
los brazos; y no conoció que yo le cuidaba”, no se dieron cuenta que
prácticamente esos mandamientos de amor, tenían la finalidad de protegerlos
para que su corazón no se desviara tras dioses que no son dioses; pero a pesar
de que Dios como un buen Padre les enseñaba y los cuidaba, ellos como un hijo
rebelde se alejaban.
Sin embargo, Dios con todo seguía tratando de atraerlos con
amor, por eso dice “Con cuerdas humanas los atraje, con cuerdas de amor; y fui
para ellos como los que alzan el yugo de sobre su cerviz, y puse delante de
ellos la comida.” Y eso es lo hermoso de Dios, de su carácter, que de igual
forma hizo con nosotros y con la humanidad, pues su amor es tan grande que fue
capaz de dar a su Hijo amado como pago por nuestros pecados para salvarnos
(Juan 3:16), y atraernos con la cuerda de amor más grandiosa hacia Él: la
entrega de la vida de Jesús en la cruz, así que hermanos correspondamos al
amoroso carácter de Dios y dejemos que su Santo Espíritu desarrolle el carácter
de Cristo en nosotros. Oración.
«Padre Dios, gracias por tu gran amor, gracias por atraerme a
ti con la cuerda de amor más maravillosa: la obra de tu hijo Jesús en la cruz,
gracias por adoptarme como tu hijo, darme tu perdón, tu vida, tu identidad y un
propósito para vivir, gracias por amarme. Amen.