viernes, 31 de mayo de 2024

Cuidando el campo espiritual

 

Cuidando el campo espiritual


“Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto. Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado.” Juan 15:1-3

Todo campo necesita mantenimiento, pues la cerca que lo rodea se puede caer y los ladrones intentarán saquear los frutos; nosotros estamos llamados a tomar acción y mantenernos pegados a nuestro sembrador (Jesús) para que sea Él, quien por medio de Su Espíritu, labre y mantenga seguro nuestro campo espiritual (Juan 15:5).

Si no consideramos importante el cuidar y prestar atención a nuestro campo espiritual, fijémonos en esta historia de la vida real: Un hombre tenía un campo, en él sembró diversas clases de semillas que después dieron su fruto; pero pasado un tiempo se dio cuenta que a su campo le faltaban frutos, al inicio lo pasó por alto, pero cuando la pérdida del fruto se hizo más evidente le pareció extraño y concluyó que lo mejor que podía hacer era poner cámaras para saber la causa de la pérdida de su cosecha. En esos videos encontró a una pequeña marmota que paseando por su campo decidió comerse varios frutos, se veía muy inofensiva y tierna, y aunque al inicio llegaba sola, luego decidió traer más compañía. Quizás pensarás: “Yo dejaría que siguieran comiendo lo que quisieran”, el problema es que esto mismo también solemos razonar con nuestra vida espiritual. Hay cosas que llegan y se ven «tan inofensivas» que ¡para qué sacarlas de nuestras vidas!, pero ignoramos que solo quieren entrar en nuestro campo para robarse el fruto que tenemos, por eso la biblia nos revela el cuidado que debemos tener con nuestro campo, pues no hay marmotas sino pequeñas zorras, que aunque parecen “tiernas e inofensivas” solo quieren dañar y robar lo que hay en nuestro campo (Cantares 2:15). Esas pequeñas zorras pueden ser: Un chat inadecuado, “mentiras piadosas”, pequeños vistazos a películas, revistas o páginas pornográficas, etc.

Hermanos, este es un llamado para cuidar nuestro campo espiritual y mantenernos aferrados a nuestro Labrador (Jesús), pues hay pequeños ladrones que quieren robar la semilla y el fruto que Él depositó en nuestro corazón.   Oración.

«Señor, no quiero descuidar mi campo espiritual, tú lo has limpiado y quiero mantenerlo así, pero ¿cómo podría conservarlo así si no me acerco a ti? Ayúdame Espíritu Santo a no apartarme de ti, pues separado de ti oh Dios, nada podría yo hacer, amén.