miércoles, 12 de noviembre de 2014

Hechos 12:18-19

Hechos 12:18-19
Luego que fue de día, hubo no poco alboroto entre los soldados sobre qué había sido de Pedro. Mas Herodes, habiéndole buscado sin hallarle, después de interrogar a los guardas, ordenó llevarlos a la muerte. Después descendió de Judea a Cesarea y se quedó allí.



El rey no conoce la historia y es imposible que pudiera entender el hecho de que un ángel vino y liberó a Pedro. Realmente no tenía otra opción más que dudar de sus propios guardas. Injusto y triste pero cierto. Un día los soldados terminaron su día de trabajo y se fueron a sus casas. Al día siguiente, al terminar se les mandó matar. Si has perdido a un ser querido puedes entender perfectamente esto. Un día platicamos con él o ella y al día siguiente ya no está con nosotros. Recuerdo historias estando en la universidad de personas que habían sufrido un choque y que habían fallecido. También recuerdo de otra persona que tuvo una enfermedad sumamente grave y no pudo terminar la preparatoria y finalmente falleció. Personas que un día las vemos bien y al otro día simplemente ya no están.
No nos corresponde decidir cuándo ni cómo partiremos. Tampoco podemos evitar o influir que nuestros seres queridos se queden más tiempo. Esto me hace pensar en los soldados que cuidaban de Pedro. Probablemente algunos tenían familia y otros podían ser solteros. Tal vez alguno de ellos pensaba que mañana haría tal o cual cosa sin saber que no llegaría ese día. También pienso en aquellos que viven pensando que después tendrán tiempo para “arrepentirse”. Viven sin pensar en las consecuencias de sus actos. Hacen a un lado a Dios y piensan que así podrán seguir hasta que les parezca suficiente. La verdad es que así seguirán pero hasta que al Señor le parezca suficiente. La carta de Santiago nos recuerda que la vida es como una neblina que se disipa en un instante por lo que debemos ser humildes y reconocer que no tenemos el control que pensamos sobre ella.
Siempre resulta difícil hablar sobre la muerte. Principalmente porque nunca podemos tener una respuesta satisfactoria para aquellos que han sufrido la pérdida. Con los versículos de hoy podemos y debemos recordar que nosotros no decidimos el cuándo ni el cómo seremos llamados. Podemos estar realizando nuestras tareas diarias y de un momento a otro no habrá más días.
Por último quiero tocar un tema delicado. Los deseos de venganza. En este caso, sabemos que Herodes fue el responsable directo de la muerte de los soldados por lo que las familias de los mismos podrían enfurecerse contra el rey. Cuidado, la venganza no es de nosotros. El juicio lo realiza Dios y es Él y solo Él quien llama a rendición de cuentas. Herodes va a tener su propio juicio así como todos aquellos que te hayan hecho algo. No busques la venganza porque no te pertenece. A ti te corresponde perdonar…

Oración
Padre: no es fácil entender el por qué te llevas a la gente. Te pido que pueda ser humilde y valorar los días que me permites estar aquí junto con aquellos que me rodean. Quiero vivir agradecido y reconociendo que así como das también quitas en tu plan perfecto. Gracias por tu amor, en el nombre de Jesús. Amén