domingo, 10 de diciembre de 2023

Enciende el amor por medio de la fe

 

Enciende el amor por medio de la fe


“Trayendo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida, y en tu madre Eunice, y estoy seguro que en ti también. Por lo cual te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti por la imposición de mis manos. Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.” 2 Timoteo 1:5-7

“Ponme como un sello sobre tu corazón, como una marca sobre tu brazo; porque fuerte es como la muerte el amor; duros como el Seol los celos; sus brasas, brasas de fuego, fuerte llama. Las muchas aguas no podrán apagar el amor, ni lo ahogarán los ríos. Si diese el hombre todos los bienes de su casa por este amor, de cierto lo menospreciarían.” Cantares 8:6-7

Este hermoso poema citado en el libro de Cantar de los Cantares que hace alusión al amor entre esposos, también nos muestra el amor entre Cristo y su novia la Iglesia, y nos deja ver cuán fuerte y poderoso es el amor, y la verdad es que el amor de Dios es tan fuerte y poderoso que es capaz de salvar al más cruel pecador.

A medida que en nuestra relación de esposos pasamos más tiempo con nuestro cónyuge, le conocemos más, las profundidades de su alma, su ser, y eso nos conecta más profundamente y alimenta más la llama del amor. Con Dios pasa lo mismo, a medida que pasamos tiempo con Él esa llama de su amor se enciende, pero necesita de un combustible importantísimo, la fe, pues como vimos en devocionales anteriores “sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan” hebreos 11:6, además es necesario recordar que este combustible llamado fe solo se activa por el oír la Palabra de Dios, como declara Romanos 10:17

Que en esta navidad escuchemos la exhortación que como a hijos amados se nos hace, para avivar el fuego del don de Dios que está en nosotros, ese amor que ha sido derramado en nuestros corazones, porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.  Oración.

«Amado Padre, gracias por ese maravilloso don de tu amor derramado en mi corazón, un regalo inmerecido, que me has dado al depositar mi fe en Ti, ayúdame a tener intimidad contigo, y a avivar esa llama poderosa del amor, enciéndela por medio de la fe, gracias a lo que me dices por medio de tu Palabra y en la comunión con tu Santo Espíritu. Amén.    Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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