lunes, 2 de mayo de 2022

¡Cuidado con las falsas doctrinas!

 

¡Cuidado con las falsas doctrinas!


“Hijitos, ya es el último tiempo; y según vosotros oísteis que el anticristo viene, así ahora han surgido muchos anticristos; por esto conocemos que es el último tiempo. Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase que no todos son de nosotros. Pero vosotros tenéis la unción del Santo, y conocéis todas las cosas. No os he escrito como si ignoraseis la verdad, sino porque la conocéis, y porque ninguna mentira procede de la verdad. ¿Quién es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Este es anticristo, el que niega al Padre y al Hijo”. 1 Juan 2:18-22

Aquí se nos muestra la encarnizada guerra que se mantiene entre la luz y la oscuridad; ahora esa lucha se manifestará con toda crudeza en estos tiempos finales, esa lucha que se inició cuando el más hermoso de los ángeles quiso ser como Dios e inició una rebelión que arrastró a muchas huestes celestiales; y aun sabiendo que ya fue derrotado por la muerte y la resurrección de Jesucristo, sigue engañando al mundo queriendo llevar al castigo final a cuantas almas pueda conquistar.

 

Juan nos dice que todo lo que se opone a Cristo es una doctrina falsa y él es el único que menciona la palabra anticristo en su primera y segunda epístola. Explica estas dos características: «estar en contra» de Cristo e «imitar ser» Cristo.

Observemos la expresión “Hijitos, ya es el último tiempo”, Juan lo escribió hace casi 2.000 años. «Este último tiempo» indica no solo los tiempos del apóstol Juan, sino nuestro tiempo presente. Él no solo afirma que vendrá o habrá un anticristo, sino que en sus días ya había «muchos anticristos»; y ¿cómo identificaba a un anticristo?, el pasaje nos dice “¿Quién es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? ese es anticristo, el que niega al Padre y al Hijo”.

El anticristo niega la deidad de Cristo, él está en su contra, es su enemigo sobre la tierra, por eso el mismo apóstol nos aconseja en 1 Juan 4 :1-3 “Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo. En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios; y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios; y este es el espíritu del anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo”

Como no todo espíritu es de Dios, se nos recomienda probarlos. Hoy existen películas, libros, información en las redes, que no revelan la verdadera identidad de nuestro Salvador y presentan una imagen distorsionada del Señor Jesucristo. Por eso, como creyentes, debemos siempre basarnos en la palabra de Dios que es la verdad revelada y nos muestra claramente a Jesús en toda su deidad y humanidad.

 

El anticristo es un engañador; él pretende ser Cristo y aparenta ser como Cristo, pero esto no lo hace como Él. Eso es exactamente lo que el Señor Jesucristo anunció; Él dijo que vendrían muchos en su nombre, usando su nombre, diciendo que eran Cristos: “Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos” (Mateo 24:24).

Jesús nos invita a descubrirlo en las Escrituras, Juan 5:39 dice “Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí”. Tenemos su palabra y también la unción de su Santo Espíritu, podemos conocer todas las cosas a través de Él. Recordemos 1 Corintios 2:10 que dice “Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios”.

Miremos entonces qué es lo que creemos, porque quizá nuestras costumbres, hábitos, el modo de enfocar y vivir nuestra vida pueden ser contrarias a Jesucristo y a sus enseñanzas.  Oración.

«Gracias mi Jesús porque me llevas a tu palabra, a escudriñarla cada día para encontrarte en ella. Tú eres el camino para la vida eterna, eres la palabra viviente, porque todo lo que dijiste e hiciste da testimonio de que eres el Cristo, el Hijo de Dios que vino en carne para dar su vida por esta humanidad. Solo anhelo ser un reflejo de ti, que haya coherencia entre lo que creo y hago para que mi vida siempre esté acorde a tus enseñanzas. En el nombre de Jesús, amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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