domingo, 12 de septiembre de 2010

los negocios de la vida

Ninguno que milita se ENREDA en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado” (2 Timoteo 2:4).




En el texto de arriba Pablo no está en contra que los creyentes seamos negociantes, pero también espera que seamos sabios y que no nos enredemos en los negocios que emprendamos, a fin de agradar a aquel que lo tomó como soldado. Pero aquí también se hace evidente que Pablo no desea que seamos hombres carentes de tiempo para el Señor debido a los negocios de esta vida. Y es que muchos han caído en una adicción laboral, y se les hace difícil equilibrar su tiempo para Dios, para su familia, y finalmente, para ellos mismos.

Es cierto que los hombres tenemos necesidades que cubrir, como es comer, vestir, curarse, hospedarse y educarse. Pero para satisfacer estas necesidades hay que trabajar, y mucho. Hoy por hoy se hace más difícil obtener un trabajo, y los que lo consiguen, muchas veces son explotados por sus patrones, lo cual los obliga a trabajar, no 8 horas diarias, sino 12, o a veces más. Simplemente ya no hay tiempo para la familia, para el descanso reparador, y para el servicio al Señor. Realmente la gente tiene que trabajar más para poder sobrevivir decentemente en este mundo muy competitivo y duro.

Preparación para enfrentar los retos de la vida

Siendo esta una realidad ineludible, uno se pregunta cómo se puede prestar atención a lo que dice Pablo en 2 Timoteo 2:4 y ser un cristiano fiel y activo en las cosas de Dios. Creo, sin embargo, que este problema podría solucionarse usando la sabiduría. En primer término, es necesario que el cristiano se eduque seglarmente, y obtenga un diploma universitario, o de alguna escuela técnica de prestigio. El prepararse para la vida competitiva es primordial, y una vez que uno ha logrado un título o diploma, uno puede buscar un trabajo que le puede brindar los ingresos suficientes mientras va acumulando la experiencia necesaria para desempeñarse cada vez mejor, antes de que se decida formar un hogar.

Es importante, sin embargo, saber escoger la carrera adecuada, pues no siempre el tener un título le garantizará a uno el éxito. Generalmente los médicos y abogados son los que tienen las mejores oportunidades, así como los veterinarios, los ingenieros de sistemas, los economistas, y las enfermeras y los técnicos electrónicos, en el mando medio. Esto, sin embargo, depende del país y de las necesidades que se tenga de profesionales calificados.

Es un error que muchos hombres y mujeres cometen de casarse y formar una familia cuando en realidad aún no está preparado para ello. Si la pareja se prepara para afrontar los retos de la vida, y se propone tener sólo un par de hijos en el momento ideal, les será más fácil tener tiempo libre para dedicarlo a su fe y a su familia misma.

Todo tiene su tiempo

Recordemos, además, que la Biblia nos dice que hay tiempo para todo. Hay tiempo para reír, y hay tiempo para llorar; hay tiempo para laborar, y tiempo para descansar; hay tiempo para estudiar, y hay tiempo para trabajar; hay tiempo para ser soltero, y hay tiempo para estar casado; hay tiempo para vivir, y hay tiempo para morir… ¡Todo tiene su tiempo! Si hacemos cada cosa a su tiempo, el éxito estará casi asegurado.

Pero hay quienes estando casados y con hijos se proponen estudiar una profesión y desgraciadamente muy pocos logran graduarse, pues la presión del hogar muchas veces obstaculizan su éxito, y más, si es una carrera universitaria larga. En este caso una carrera técnica sería lo ideal. Lo importante es educarse, y cuanto más educado esté uno, será mucho mejor, y la vida no se complicará tanto.

Es importante subrayar, no obstante, que si no se usa bien la sabiduría, aún los hombres más preparados y educados que lograron construir empresas grandes, podrían afrontar una serie de vaivenes o altibajos que les podrían traer problemas financieros, y eventualmente conflictos con los socios, con los bancos, con los acreedores, con el sindicato, con los agentes tributarios, etc; vicisitudes que harían de sus vidas una verdadera pesadilla. Por eso Pablo le dice a Timoteo, “Ninguno que milita se ENREDA en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado” (2 Timoteo 2:4).

Definitivamente Pablo no está en contra de los empresarios, negociantes, o comerciantes; al contrario, él los anima a que se ocupen de sus negocios, y que procuren tener tranquilidad. Estas son sus palabras textuales: “y que procuréis tener tranquilidad, y ocuparos en vuestros negocios, y trabajar con vuestras manos de la manera que os hemos mandado, a fin de que os conduzcáis honradamente para con los de afuera, y no tengáis necesidad de nada” (1 Tes. 4:11,12). Es decir, Pablo quiere que los cristianos trabajen en sus negocios, para que no les falte nada, y para que tengan tranquilidad. Nótese que Pablo no dice que los cristianos deben ocuparse de sus negocios para que les sobreabunde de todo, y para que sean muy prósperos y millonarios, sino más bien, para que no les falte nada.

Por otro lado, el rey Salomón escribió en Eclesiastés 5:10: “El que ama el dinero, no se saciará de dinero; y el que ama el mucho tener, no sacará fruto. También esto es vanidad. ..Dulce es el sueño del trabajador, coma mucho, coma poco; pero al rico no le deja dormir la abundancia. Sí, mis amigos, los ricos, los que se propusieron hacerse muy ricos, no tienen generalmente un sueño reparador. Hay que ser sabios, y ser prudentes en todo.