lunes, 7 de noviembre de 2022

Columnas falsas

 

Columnas falsas


Marcos 3:13-14 “Después subió al monte, y llamó a sí a los que él quiso; y vinieron a él. Y estableció a doce, para que estuviesen con él, y para enviarlos a predicar,”

Qué increíble pensar que Judas Iscariote, elegido por Jesús para ser uno de sus discípulos y enviado para predicar sobre el Señor, resultara siendo una columna falsa dentro de esta preciosa edificación de Cristo. Pensar en cómo habría sido el futuro de este hombre si hubiese decidido poner como cimiento en su vida a Jesús, ¡sería impactante!, pero lastimosamente su decisión fue otra y hoy lo conocemos como aquél que traicionó a nuestro Salvador.

¿Cuántas veces Jesús dedicó tiempo para enseñarle las Escrituras, no solo a las multitudes y a sus seguidores, sino también a Judas? ¡Muchas! Pues cada día, dice su palabra, que Jesús se sentaba en el templo y les enseñaba (Mateo 26:55); Judas no solo fue un oyente de las palabras de Jesús sino también un testigo de los milagros, prodigios y sanidades que realizó el Señor, y aunque presenció todo esto y vio al Mesías actuar, no creyó (Juan 6:36).

Cuántos de nosotros podríamos tener futuros extraordinarios si decidiéramos aceptar todo lo que Cristo nos entrega, seríamos como esas verdaderas columnas y experimentaríamos lo que esto significa. Si hoy al meditar en esta palabra has caído en cuenta que no has aceptado las enseñanzas de Jesús, haz un alto en tu camino y ora pidiéndole al Señor que entre en tu vida, ábrele las puertas de tu corazón y dale gracias porque has entendido que le necesitas y que sin Él nada puedes hacer, alábalo porque Él murió en una cruz saldando tus pecados y ahora puedes decir que tienes, gracias a Él, una vida eterna, por último, pídele que te permita ser de ahora en adelante esa columna verdadera en medio de tu casa, tu trabajo, tu escuela y aun iglesia, pues quieres llevar a otros, a que igual que tú, disfruten de una vida nueva.  Oración.

«Padre hoy quiero pedirte, al igual que el salmista, que me enseñes tus sendas y me encamines en tu verdad pues no quiero vivir en falsedad. Te lo pido en el nombre de Jesús, amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.