martes, 13 de julio de 2021

Guerra espiritual, parte 1

 

Guerra espiritual, parte 1

“Sed sobrios, y velad; porque


vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar;” 1 Pedro 5:8

Cuando creemos en Jesús y su Palabra de verdad y lo aceptamos como Señor y Salvador de nuestra vida, somos hechos hijos de Dios (Juan 1:12), pasamos de estar muertos en nuestros delitos y pecados, a tener vida juntamente con Cristo y estar sentados en los lugares celestiales (Efesios 2:4-6), es algo real y completamente cierto, pero es algo que obtenemos por fe, es decir, por creer en lo que no vemos, pero que tenemos la certeza que así es y así será, pero sucede que mientras continuemos en este mundo y con este cuerpo corruptible viciado e incitado al pecado, existirá una guerra, una batalla espiritual entre mi viejo y nuevo yo, entre mi naturaleza pecaminosa o mi carne y el Espíritu Santo que ahora mora en mí, entre lo bueno y lo malo.

Pero, en muchas ocasiones caemos en el error de pensar que la lucha es contra nosotros mismos y que la podemos batallar en nuestras propias fuerzas, nos culpamos, acusamos y juzgamos porque hicimos o dejamos de hacer, nos damos golpes de pecho y hasta nos defraudamos de nosotros mismos, sin tener en cuenta que todo ello ha sido por una mala influencia, por una mentira maquinada de nuestro enemigo que permitimos que se insertara en nuestra mente, pues la Palabra de Dios es clara cuando describe a nuestro adversario como padre de mentira y cuando nos enseña que no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, potestades, gobernadores de las tinieblas de este siglo y contra huestes espirituales de maldad (Juan 8:44), (Efesios 6:12).

Y conocer esto, es precisamente una de las cosas más importantes que debemos saber para poder ganar una batalla, identificar a nuestro enemigo es parte fundamental de esta guerra. Hermano, la Palabra de Dios es clara en mostrarnos a nuestro adversario y advertirnos de sus claras y constantes maquinaciones en nuestra contra, pero también es contundente en señalarnos que no es en nuestra fuerza o fortaleza que podemos enfrentarlo, Efesios 6:10 nos dice “Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza.” Y es precisamente ese el llamado que el Señor quiere hacernos hoy, que busquemos su rostro, estemos en su presencia y nos deleitemos en nuestra intimidad con Él, pues es la base para poder enfrentar esta guerra espiritual.   Oración.

«Señor, me has hecho tu hijo en Cristo y con Él me has dado todas las cosas, así mismo sé que por esta bendición de ser llamado tu hijo, tengo un astuto enemigo que como león rugiente anda buscando a quien devorar; tú eres mayor que él y que cualquier otro ser creado en la tierra o en el cielo, y mi confianza es que si tú estás conmigo no hay nadie contra mí. En Cristo Jesús. Amén.    Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.