domingo, 16 de abril de 2017

Hechos 9:20-22


Hechos 9:20-22

En seguida predicaba a Cristo en las sinagogas, diciendo que éste era el Hijo de Dios. Y todos los que le oían estaban atónitos, y decían: ¿No es éste el que asolaba en Jerusalén a los que invocaban este nombre, y a eso vino acá, para llevarlos presos ante los principales sacerdotes? Pero Saulo mucho más se esforzaba, y confundía a los judíos que moraban en Damasco demostrando que Jesús era el Cristo.

Tiene ya varios años que decidí tener congruencia en mi vida. Pensé y entendí que no estaba bien decir que creía en un Dios pero por otro lado yo decidía cuándo, cómo y hasta dónde acudir a Él. Honestamente, uno de los principales miedos que tuve fue el pensar la reacción que la gente tendría. Había que hacer ajustes a mi vida y no podría seguir igual por lo que seguro vendrían comentarios al respecto. No sabía si sería lo suficientemente fuerte para seguir adelante o caería atrapado de vuelta en lo que estaba. No me escondí pero tampoco hice nada extraño. Oré. Una y otra vez. Pedí a Dios que pusiera en mí el carácter y fuerza para decir: no, ahora hago las cosas de manera distinta. Cuando leo que la gente murmuraba de Saulo y se cuestionaban lo que estaba haciendo, me impresiona ver la reacción de él que dice que se esforzaba aún más. No se viene abajo ni frena su entusiasmo sino lo contrario. ¿Tú y yo tendremos momentos así? ¡Por supuesto! De hecho, espero que una vez que leas esto, pidas a Dios por fuerzas para comprometerte con Él sin importar lo que la gente diga o pudiera decir. ¿Sabes qué pasó en mi caso? Dios en su gran sabiduría, no puso el no en mí sino puso agrado en el corazón de los demás. ¿No se te hace increíble? Es una respuesta real de que Dios existe y trabaja con los que quieren seguirlo. Te animo a que pongas a prueba al Señor. Ora a Él. Entrega tus temores y barreras para comprometerte y entregarte. Después platícame el resultado.

Mucha gente piensa que la religión es una forma de manipular a la sociedad. Lo es. Y de hecho es muy efectiva. Pero lo que hoy estamos aprendiendo y estudiando no es una religión sino una relación personal y viva con el Dios de la biblia. Nadie nos ha lavado el cerebro ni manipulado para entender que Cristo es el Mesías y que tenemos redención y reconciliación a través de su nombre. Saulo vivió cada día anunciando esta noticia. Seguro que la gente pensaba que algo le había sucedido puesto que se dedicaba a perseguir y aprehender a los que ahora apoyaba. Pero piensa esto por un momento: ¿cómo confundir y convencer a un Saulo de que está en el camino incorrecto? No se utilizaron métodos de persuasión ni manipulación. Simplemente el Señor se mostró ante él “tumbándolo” y demostrándole quién es quién. Si eres de los que piensa que aquellos que seguimos a Cristo somos borregos te puedo decir que en algún momento Dios se presentará ante ti de una manera que no podrás evitarlo y sin la ayuda de nadie más entenderás que Él es Dios y que no manipula ni convence sino que busca reconciliación a través de nuestro arrepentimiento.

Saulo transformó su vida e hizo todos los ajustes necesarios para seguir a Cristo sin importar lo que la gente pensara o dijera. Él después de su encuentro con Jesús y de reconocer su error, decide cambiar y anunciar a los demás para que no cayeran en el mismo error que él. Hagamos lo mismo y compartamos lo increíble que es seguir al Mesías y las cosas que ha hecho en nosotros.

Oración

Dios Padre: quiero pedirte perdón y reconciliarme contigo. Quiero tener una relación contigo y conocerte cada día más. Entiendo que eres un Dios vivo y que tienes planes para mí. Te pido que transformes mi vida y que pongas en mí la fe y fortaleza para dejarte trabajar en mí sin importar lo que la gente pudiera decir. Trae congruencia a mi vida y que mis palabras y actos siempre vayan en la misma dirección: la Tuya. En Cristo Jesús te lo pido

Amén