martes, 6 de marzo de 2012


Comprender la cruz: (Tercera Parte)
La virtud de la cruz
a) Escrituras clave
1 Juan 2:1-2 1 Juan 4:4
2 Pedro 1 3 1 Pedro 2:24
b) Introducción
Satanás quiere que vivamos en incredulidad y desesperación y que dejemos de creer que el Padre puede cubrir nuestras necesidades. Pero Dios ha
establecido sus promesas y principios en la cruz del Calvario. Si Dios faltara en sostener a su pueblo y cubrirle en todo punto su necesidad espiritual,
física y material, estaría negando la obra que ha llevado a cabo por medio de su Hijo Jesús (2 Corintios 8:9). Hay cuatro áreas en que necesitamos
ver la obra acabada de Cristo: perdón, provisión, victoria y sanidad.                La virtud del perdón
La autocondenación es una característica común de nuestra experiencia humana. Muchos creyentes cristianos sufren de condenación de
espíritu. La realidad de los fracasos diarios en nuestro caminar con Dios, y la presión de nuestra interacción diaria con otra gente a
menudo llevan a sentimientos de indignidad e insuficiencia. El perdón es un hecho desde el punto de vista de Dios. En Cristo, ha cubierto
todos nuestros pecados y cuando venimos a El en arrepentimiento y confesión nunca deja de limpiarnos y darnos ese sentido de libertad
y frescura que es nuestro derecho por la muerte de nuestro Salvador. Pero al diablo nunca le gusta dejarlo allí. Le encanta aprovecharse de
nuestros sentimientos de debilidad e intenta llevarnos de nuevo a la condenación y esclavitud en nuestro corazón. Aquí es donde necesitamos
recibir nuestro perdón. Satanás intenta convencernos de que, de algún modo, necesitamos pagar por nuestros pecados. Pero esta es una
contradicción total a la enseñanza de las Escrituras y a la obra del Calvario. Jesús ha cubierto toda nuestra deuda y necesitamos recibir nuestro
perdón en El (1 Juan 1:7-9). Tenemos un Salvador que está en estos momentos hablando con el Padre en nombre nuestro. Al abrir la
boca y pedir perdón El está nombrando nuestro nombre ante nuestro Padre celestial