lunes, 1 de febrero de 2016

¡Cristiano Niégate a darte por vencido!

¡Cristiano Niégate a darte por vencido!
“…LA TRIBULACIÓN PRODUCE PACIENCIA; Y LA PACIENCIA, PRUEBA…” (Romanos 5:3b-4)
Las tormentas vienen por un motivo, y también sólo durante una temporada. Descubre la razón y serás más sabio. Sobrevive a esa época y serás más fuerte – pero ¡nunca abandones! Chuck Swindoll escribió: “Alguien debe hablar de la otra cara de la vida de un creyente, si tan sólo fuera para confirmar la realidad. Necesitamos que nos digan que contratiempos y presión vienen “mano en mano” en la “asignatura”. Ninguna cantidad de aporte bíblico, conferencias para una vida más profunda o seminarios de supervictoria te prevendrá de la lucha. Dios no promete ninguna “burbuja” de protección. ¡Pregúntaselo a personas como Job, José, Daniel y Pablo y te enterarás de una palabra “antiguada” que casi ha desaparecido en esta generación de aparente espiritualidad y sonrisas perennes, ésa que espera “un milagro por día”: ¡la perseverancia! No conozco ningún compañero mejor para “bailar” cuando haces el “tres pasos hacia delante y dos hacia atrás”. Es en los tiempos difíciles cuando el verdadero carácter es forjado, la vida de Cristo reproducida en nosotros y nuestra débil teología cambiada por un conjunto de convicciones que nos permiten manejar las cosas en vez de tratar de evitarlas. Es cuando la base se cae y la vida trata de aporrearte hacia una esquina de duda e incredulidad que necesitas lo que la perseverancia produce:   (a) una disponibilidad de aceptar lo que sea, sabiendo que por la gracia de Dios triunfarás y saldrás más fuerte.
(b) una determinación de mantenerte firme mientras aquéllos a tu alrededor se caen o huyen.
(c) perspicacia para ver la mano del Señor desarrollando carácter en medio de todo ello.
Sin esto, tropezamos, nos caemos y entristecemos a Dios. Con ello, sobrevivimos, vencemos y el Señor es glorificado. A propósito, ¿puedes pensar en un desertor, sólo uno, que logró alguna vez algo que vale la pena?