sábado, 18 de junio de 2016

Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida

Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida

Y Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Si no comiereis la carne del Hijo del hombre, y bebiereis su sangre, no tendréis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero. Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, en mí permanece, y yo en él. Como me envió el Padre Viviente, y yo vivo por el Padre, asimismo el que me come, él también vivirá por mí. (Juan 6:53-57)
Somos tan religiosos, que les aseguro que en un culto o misa; nos pueden decir Jesús dijo: “Si no comiereis la carne del Hijo del hombre, y bebiereis su sangre, no tendréis vida en vosotros”; y muchos dirán amén, sin pensarlo.
Si afirmarán que eso es verdad con un amén; eso está muy bien; pero ¿entendemos lo que realmente significa beber la sangre de Jesucristo y comer su cuerpo?; a mí me parece que muchos se imaginaran que Jesús se refería al pan u ostias por su cuerpo y al vino por su sangre ¿no es verdad?; pero en realidad ustedes que son personas inteligentes, ¿creen realmente que Dios les dará vida a las personas que comen pan u ostias y toman vino en su nombre? No digo que no se deba hacer, pero mi pregunta va más allá. ¿Acaso Dios tiene favoritismos por aquellos que practican ritos en su Nombre? ¿O no será que nos quiere enseñar algo más allá de los rituales que hoy conocemos como las misas y cenas del Señor?
A mi me parece que muchos dirán amen hermano, cuando decimos que que Jesús dijo “Si no comiereis la carne del Hijo del hombre, y bebiereis su sangre, no tendréis vida en vosotros”; pero en verdad no entienden que están afirmando, y sólo lo dicen en forma automática porque es algo que siempre lo han escuchado, y por lo tanto, después de tanta repetición saben que es así, pero en realidad, ni idea tienen de lo que significa realmente comerlo y beberlo; que es lo más importante. Bueno lo más importante es que entendamos, esa es la diferencia entre el que da frutos y el que se queda estéril, sólo repitiendo sus tradiciones, aunque sean muy Bíblicas, por cierto, pero hay esterilidad en lo rituales vacíos.

Vamos derecho al asunto:

¿Cómo bebemos su sangre? CREYÉNDOLE.

¿Cómo comemos su carne? SIGUIÉNDOLO, es decir, OBEDECIÉNDOLE.

¿Y por qué lo digo?

Lean por favor con cuidado, lo siguiente: Y Jesús les dijo: YO SOY el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás. (Juan 6:35)
¿El que cree en Jesús que le ocurrirá? “no tendrá sed jamás”.
¿El que va a él, es decir, lo sigue, que le ocurrirá? “nunca tendrá hambre”

Ahora ¿queda claro o no, cómo lo bebemos y lo comemos?

Es necesario que esto lo entiendan muy bien, y lo mediten en el Señor; debemos creerle y seguirle (obedecerle); de esa manera tenemos vida eterna, seremos resucitados el día postrero y es la forma como permanecemos en él, como él permanece en nosotros.

No es por comer muchas ostias, ni pan sin levadura; ni por la copa de vino; sino es por creerle y seguirlo; como verdaderos discípulos del él; no digo que no se deba practicar lo que él dijo que hiciéramos en su menoría; sino que no nos quedemos con los ritos como le ocurrió a Israel, y tuvieron al Señor de gloria ante su ojos y no lo vieron; porque estaban en lo exterior, en la carne, en la religión, en las formas, en las tradiciones, en el reino de este mundo y su corazón estaba muy lejos del Señor.

Es muy claro, de AQUÍ parte el evangelio; quien no ha partido de beber su sangre y comer su carne; no tiene vida eterna, ni mucho menos permanece en él.

Algunos separan la fe de la obediencia, y dicen que somos salvos por fe; pero no ven que la fe no puede ser separada de la obediencia; van juntas; el que no obedece es porque no cree; ya que todos sus mandatos son para vida y prosperidad. Cuando separas el cuerpo de alguien con su sangre; ocurre inevitablemente la muerte; así también si separas el creerle a Jesús con el obedecerle; no pueden separarse; ya que habrá muerte espiritual, cuando sólo se le “cree” y no se le “obedece”. De la misma forma en que si separas el cuerpo de la sangre; la verdadera comida con la verdadera bebida. ¿O caso alguno puede vivir con sólo beber o sólo comer? Por algún tiempo puede ser, pero necesitamos beber y comer, para estar sanos en El.

Te dejo como tarea que busques en el evangelio de Juan, más ejemplos que nos enseñan que la verdadera bebida se toma al creerle, y la verdadera comida se come al obedecerle. Un saludo afectuoso, y que la gracia y entendimiento del Espíritu Santo, los llene.