martes, 11 de junio de 2024

Conocer el amor de Cristo empieza el día de nuestra conversión

 


Conocer el amor de Cristo empieza el día de nuestra conversión

“He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.” Apocalipsis 3:20

l verdadero conocimiento del amor de Cristo empieza el día de nuestra conversión, pues antes solamente podíamos tener un conocimiento meramente intelectual; pero el día que recibimos a Jesús en nuestro corazón, el día en que depositamos nuestra fe en Él, Dios le dio vida a nuestro espíritu, gracias a lo cual podemos conocer y experimentar el amor de Cristo, pues es por medio de la comunión con el Espíritu Santo cómo logramos vivenciar ese amor que excede todo conocimiento, ya que la comunión se basa en una relación íntima y personal.

En los tiempos de Jesús compartir la cena con alguien era una manera de relacionarse íntimamente, de conocerse personalmente, de compartir además de los alimentos sus intereses, creencias y vivencias, por eso es que Dios revela en Apocalipsis 3:20 que Jesús está llamando a la puerta del corazón del ser humano, con el deseo de que su llamado sea atendido, para entonces entrar a cenar, es decir para poder empezar una relación de intimidad, por medio de la comunión con el Espíritu Santo, a través de la cual el creyente puede llegar a conocerle vivencialmente por medio de la fe.

Así que para tener comunión debemos aceptar el llamado de Dios y estar dispuestos a abrir la puerta de nuestra vida para dejar entrar a Jesús a la mesa de nuestro corazón, para que se siente y cene con nosotros y nosotros con Él, de esta manera, al igual que en los tiempos de Jesús podremos conocerle íntima y personalmente, podremos tener las revelaciones de su palabra, entender sus mensajes y lo más importante, cultivar una amistad con Él, que nos permita conocer vivencialmente su grande e inagotable amor.

Pidamos a Dios que de manera práctica podamos cenar y tener comunión con Jesús por medio del Espíritu Santo cuando leamos la biblia, oremos, nos congreguemos, testifiquemos y obedezcamos.  Oración.

«Padre Dios, quiero pedirte que me ayudes a tener esa intimidad con tu Hijo Jesús, mi Señor y Salvador, por medio de la comunión con tu Santo Espíritu, quiero cultivar una relación íntima y personal, quiero llegar a esa profunda conexión, de tal manera que pueda todos los días sentarme a tu mesa como amigo. Gracias porque sé que desde el día que te abrí las puertas de mi corazón al responder a tu llamado puedo hacerlo. Amén.