lunes, 15 de marzo de 2021

La raíz de todos los males

 


La raíz de todos los males

«Porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores» 1 Timoteo 6:10

Es sabio tener una opinión objetiva del dinero, el dinero es un medio para alcanzar un fin y no un fin en sí mismo. Cabe anotar que es el amor al dinero y no el dinero en sí, lo que causa sufrimiento, pues la obsesión por el dinero separa amigos, destruye familias y trae muchos conflictos.

Proverbios 23:4 dice: «No te afanes por hacerte rico; sé prudente, y desiste», pues el afán por las riquezas hace que la gente se sienta desdichada.

Para algunos es más importante el dinero que su matrimonio, su familia o incluso que la vida misma, en cambio, hay quienes no dependen de él para ser felices, pues reconocen la sabiduría que hay en las palabras de Jesús: «Y les dijo: Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee» (Lucas 12:15)

Ahora, si nos hacemos un autoexamen, posiblemente veamos que necesitamos ajustar nuestra manera de ver el dinero. Por tanto, nunca permitas que el amor por el dinero eche raíces en tu corazón.

El rey Salomón, un hombre que poseía mucha riqueza, mencionó tres problemas que le sobrevienen a los amantes del dinero. 1) Inquietud y desasosiego: Dice Eclesiastés 5:12b «pero al rico no le deja dormir la abundancia. 2) Insatisfacción: dice Eclesiastés 5:10 «El que ama el dinero, no se saciará de dinero; y el que ama el mucho tener, no sacará fruto». 3) La tentación de violar la ley: dice Proverbios 28:20b «Mas el que se apresura a enriquecerse no será sin culpa».

La Biblia tiene la respuesta a los problemas financieros, pues, conforme apliquemos los principios de la economía de Dios, incluye el diezmo, las ofrendas, y gastar sabiamente el dinero, empezaremos a tener libertad financiera.

Hermano, reflexionemos sobre este tema con corazón sincero delante del Señor.   Oración.

«Padre Amado, tu palabra dice: más vale tener poco con temor del Señor, que muchas riquezas con grandes angustias; por eso mi Señor, examina mi corazón, pues quiero mantenerme libre del amor al dinero, contentarme con lo que tengo y que pueda decir como Pablo: en todo y por todo estoy enseñado, tanto para estar satisfecho como para tener hambre, lo mismo para tener abundancia que para sufrir necesidad, pues confío plenamente en ti. Amén.    Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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