martes, 29 de junio de 2021

Cristo sea formado en nosotros

 

Cristo sea formado en nosotros


“Hijitos míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto, hasta que Cristo sea formado en vosotros,” Gálatas 4:19

” Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, más vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.” Gálatas 2:20

El anhelo de Pablo, era enseñar la verdad de la Palabra de Dios a la iglesia, hasta que Cristo se reflejara en el pensamiento, los sentimientos y la conducta del creyente. Esta era la meta por la que luchaba arduamente, porque él mismo había renunciado a sí mismo, a su orgullo, a su propia justicia, para ser hallado en la fe de Cristo, con el fin de ser ejemplo a otros creyentes. (Filipenses 3:9)

Este debe ser nuestro mismo sentir, nuestra lucha y meta, no vivir para nosotros mismos sino para aquel que murió y resucitó por nosotros (2 Corintios 5:15); por esto, el Padre envió al Espíritu de su Hijo a habitar en nosotros, para que unidos con él, pudiéramos vivir siendo transformados de gloria en gloria a su semejanza por la acción de su Espíritu en nosotros (2 Corintios 3:18). Es decir, gracias a la acción de su Espíritu Santo en nosotros, cada vez nos parecemos más a Jesús.

Y esto nos lleva a tener el carácter santo de Cristo manifestado en acciones de amor; por ejemplo, cuando clamamos al Padre por otras personas en necesidad, tomamos la identidad de Cristo como dice la escritura: “Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: !!Abba, Padre!” (Gálatas 4:6); así como Cristo amó y oró por los transgresores (Isaías 53:12), nosotros clamamos, por medio de su Espíritu Santo, por otras personas y por nuestros hermanos en la fe. A esto se refiere Efesios 6:18 cuando dice: “orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos; “.

Orar por otros es una de las formas en que Cristo es formado en nosotros día a día, porque hacemos lo que él hizo por nosotros, cuando oró al Padre diciendo: “Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos,” (Juan 17:20).    Oración.

«Señor, que Cristo more en mí gracias a la fe en su muerte y resurrección, y que ahora como hijo tuyo, refleje su carácter, su amor y su entrega por otros.

Que yo no viva para satisfacer mis deseos ni para practicar el pecado, sino para agradarte en todo a ti, viviendo una vida de santidad y propósito. En el nombre de tu Hijo amado, amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.