lunes, 21 de junio de 2021

¿Podremos acaso ser salvos?

 ¿Podremos acaso ser salvos?


“Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado.” Juan 8:34

“Saliste al encuentro del que con alegría hacía justicia, de los que se acordaban de ti en tus caminos; he aquí, tú te enojaste porque pecamos; en los pecados hemos perseverado por largo tiempo; ¿podremos acaso ser salvos?” Isaías 64:5

“El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos; a predicar el año agradable del Señor” Lucas 4:18-19

El pecado es el problema esencial de todo hombre, si observamos nuestros conflictos, dificultades, enfermedades, derivan de una forma u otra del pecado, ya sea propio o de otros, de una manera u otra nos afecta a todos. Y para esto vino Jesús, para liberar a los cautivos, romper las cadenas y liberar a los presos, sí, liberarnos del pecado, que nos coloca en la prisión de la cual ningún hombre puede salir por sí mismo.

Estas son las buenas noticias que Cristo vino a pregonar, que Dios por medio de la fe en Él, perdona nuestros pecados, porque Él siendo inocente murió por nosotros los culpables, para liberarnos del yugo de esclavitud, pero es necesario acercarse a la cruz, cambiar nuestra forma de pensar, a esto se refiere el arrepentimiento, dejar de pensar que ya no tenemos arreglo, o que nada ni nadie nos puede cambiar, ¡Jesús sí puede! Por esta razón nos envió a muchos a anunciar esta buena noticia: “y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén” (Lucas 24:47).

Ahora, ¿qué vas a hacer tú, frente a esta buena nueva? Te puedes quedar como un simple lector u oyente pasivo, o puedes tomar para ti este regalo de su gracia y amor, entonces ¿podremos acaso ser salvos?, claro que sí, pues en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos, solo en Jesús (Hechos 4:12).    Oración.

«Señor Jesús, salva mi vida hoy, liberándome del pecado que me esclaviza, no puedo en mis fuerzas, reconozco que mi soberbia y mi orgullo me han alejado de ti, pero quiero ahora depender totalmente de tu gran amor, lávame de mi maldad y haz de mí una nueva creación, cambia mi corazón para obedecerte, hoy me rindo ante ti. Amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.