domingo, 13 de marzo de 2022

Y entonces vendrá el fin

 


Y entonces vendrá el fin

“Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin”. Mateo 24:14

A muchos les aterra pensar que algún día finalizarán todas las cosas, que concluirá la historia de la humanidad y llegará tarde o temprano un juicio sobre los habitantes de la tierra (Apocalipsis 20:11-13). Será el fin para quienes rechacen el reino de Dios, para quienes no pusieron la confianza en Dios y en su Ungido, en Cristo el Salvador, inmolado por nuestros pecados, que vino a darnos vida eterna, no a condenarnos (Juan 3:16-18).

Para quienes no tienen puesta su esperanza en Cristo y en su Palabra, será el juicio y el fin, pero para quienes hemos creído y recibido a Jesús en nuestro corazón, será el inicio de la vida eterna que por gracia Dios nos concedió en él. El inicio de un cielo nuevo y una tierra nueva, donde habitaremos sin pecado, en paz y en total dependencia de Dios (Apocalipsis 22:2), y Él morará con nosotros; y seremos su pueblo, estará con nosotros como nuestro Dios en una comunión única e ininterrumpida, donde enjugará toda lágrima de los ojos de nosotros; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron (Apocalipsis 21:1-4).

No nos engañemos, “los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda” (Apocalipsis 21:8). Si en tu corazón y en tu vida aún practicas tales cosas, ven a beber gratuitamente de la fuente del agua de la vida que es Cristo, cree de todo corazón en Él y serás llevado de muerte a vida eterna, Dios colocará su Santo Espíritu en ti como garantía de salvación. (Efesios 1:13-14)    Oración.

«Padre, hoy quiero entregar mi vida a ti, creo en tu Hijo Jesucristo, en que Él murió por mis pecados y resucitó para darme vida eterna, hoy me entrego a ti y te pido coloques tu Espíritu en mí para servirte y vivir una vida que te agrade, lejos del pecado y de las cosas del mundo. En el nombre de Jesús. Amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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