miércoles, 9 de julio de 2014

1 Pedro 2:4-5

1 Pedro 2:4-5


Cristo es la Piedra viva, rechazada por los seres humanos pero escogida y preciosa ante Dios.  Al acercarse a Él, también ustedes son como piedras vivas, con las cuales se está edificando una casa espiritual.  De este modo llegan a ser un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales que Dios acepta por medio de Jesucristo.



Una piedra de río nadie la guarda.  Una piedra preciosa como un diamante es todo lo contrario.  Se pone en un lugar especial.  Se desea y se cuida.  Lo que el versículo de hoy nos quiere enseñar es aprender a distinguir entre piedras preciosas (Jesús) y piedras de río (el mundo).  El que Cristo haya sido rechazado, nos dice que la gente prefirió voltear a otro lado “otras piedras”.  Tristemente hoy pasa lo mismo.  Cuando no tenemos los principios en el orden correcto, asignamos valor a las cosas de manera inadecuada.  Pensamos que algo tiene valor cuando realmente no vale nada y, tristemente, como dice el versículo, rechazamos a Cristo, la Piedra viva, preciosa y escogida ante Dios.  ¿Cómo sucede esto?  Te voy a dar algunos ejemplos.  Hay hombres que piensan que deben tener muchas mujeres o que engañar a su pareja no está mal.  Hay mujeres que piensan que manipular a sus esposos está bien.  Hay hijos que piensan que obedecer a sus padres no tiene ningún sentido.  Tres ejemplos muy sencillos pero no carecen de popularidad.  En estos casos, podemos ver el rechazo de lo que Cristo (Dios) quiere y dice, contra lo que nuestra carne (orgullo).  Esto es escoger piedras de río por encima de una piedra preciosa.  Esto es asignar valores incorrectos.  Cuando alguien prefiere divorciarse por encima de dejar que el Señor transforme su corazón, cuando alguien prefiere “eliminar” a alguien de su vida en lugar de perdonar, cuando alguien deja que las mentiras fluyan en lugar de hablar con la verdad.  Cada una de estas decisiones nos hablan de valores incorrectos.  De principios alterados.  ¡La gente necesita de Cristo!  Si nosotros que creemos en Él y buscamos seguirle tenemos momentos difíciles, imagina cuánto más es para aquellos que no tienen la misma esperanza.  ¡Llevemos el evangelio a los demás!  Ayudemos a que aprendan a discernir y escojan a Cristo.  Ayudemos a que dejen las piedras de río y comiencen a guardar las verdaderas piedras preciosas y vivas que están en el Señor.  Solamente así podemos ser renovados.  Como dice el pasaje de hoy.  Edifiquemos una casa espiritual acercándonos a Jesús y llevemos una vida llena de testimonio para Cristo.
Es fácil ser tentado.  Es fácil ser seducido.  Es difícil escoger bien.  Sin ser una regla, el placer y gozo que causa lo carnal, es inmediato pero con duración corta.  Por el contrario, la bendición de escoger para Cristo, no es inmediata pero tiene una duración eterna.  Esto es lo que lo hace complicado.  El no ver un beneficio inmediato.  Por eso debemos ejercitar nuestra fe.  Para entender que hoy estamos tomando la mejor decisión sin importar que el resultado llegue mañana.  Esa fe nos ayuda a escoger la piedra correcta.  Nos ayuda a diferenciar entre lo que brilla y es oro contra aquello que solamente brilla.  Seamos cuidadosos.  No sea que estemos cayendo en la misma situación que aquellos que rechazaron a Cristo por dejarse “seducir” por otras piedras que parecían preciosas y vivas pero en realidad están muertas.

Oración
Padre: te pido perdón por mis pecados.  Te he rechazado, te he dejado y he preferido buscar en otros lados.  Hoy me doy cuenta que nunca pude encontrar nada y que solamente Tú eres la piedra preciosa y viva que necesito.  Te pido llenes mi vida y pueda vivir en santidad.   Te pido pueda llevar testimonio tuyo y ser renovado constantemente.  Te pido que me des sabiduría y fe para poner mis principios en orden y tomar las decisiones correctas y no las de gozo inmediato.  Gracias Señor por darle sentido a mi vida.  En Cristo Jesús.  Amén