martes, 24 de marzo de 2015

Salmos 1:2

Salmos 1:2
En la ley de Jehová está su delicia y en su ley medita de día y de noche.



Hay veces en las que, aunque esté cansado y necesite dormir, me gusta quedarme un momento despierto en la cama y escuchar música, leer o ver un poco de televisión.  Es un momento en el que trato de descansar y disfrutar después de un día con mucho movimiento.  Cuando leo pasajes como el de hoy, me doy cuenta de lo bueno que es Dios con nosotros.  ¿Por qué?  Porque como humanos buscamos tener nuestros propios métodos para tener relajación y paz mientras que Dios nos da el único para lograr verdadera paz.  La palabra delicia en el original quiere decir: placer, deseo, contentamiento, deleite, complacencia.  Todo esto no lo encontramos en el mundo sino en la ley de Jehová.  Aunque pareciera ilógico, las leyes de Dios nos llevan a un estado de placer, de contentamiento y de deleite.  Ahora, ¿cómo puede uno vivir esto en la vida diaria?  Te voy a dar algunos ejemplos.  Piensa en algún momento que atravesaste con enfermedad.  Ya sea en tu vida o en la de otra persona cercana a ti.  Tal vez has quedado sin trabajo.  Puede ser que has atravesado injusticias.  Piensa en cualquier situación difícil en la que hayas querido cambiar las cosas pero simplemente nada puedes hacer.  En ese preciso momento, si uno sigue las instrucciones de la biblia: meditar en ella, día y noche, podemos encontrar pasajes que nos recuerdan dónde está nuestra esperanza.  Nos recuerdan que Dios nos ama y quiere lo mejor para nosotros.  Nos recuerdan que estamos de “paso” por este mundo y no pertenecemos a él.  Nos recuerdan que si Dios es con nosotros, quién contra nosotros.  Nos recuerdan que nuestros tesoros deben estar en el cielo y no en la tierra.  Nos recuerdan que Dios debe estar sentado en el trono de nuestra vida.  En pocas palabras, nos dan la perspectiva correcta de las cosas y encontramos esa delicia a la que se refiere el pasaje de hoy.  Ese gozo que no se encuentra en ningún otro lugar.  Ese deleite, placer y contentamiento que solo Dios sabe darlo a la perfección.  Hoy te animo a que parte de tu rutina diaria sea leer la biblia y meditar en ella durante el día.  Te servirá para tener la mirada en el lugar correcto y tus pasos te llevarán a donde Dios quiere que estés.

Oración

Señor: gracias.  La paz y el deleite que traes a mi vida son increíbles.  Te pido perdón por mis pecados y que pongas la perspectiva correcta en mi vida.  Gracias por tu amor y consuelo interminables.  Gracias por preocuparte por mi y buscar siempre lo mejor para mí.  Te pido reines en mi vida y aprenda a entregarte cada rincón sin restricción.  En el nombre de Cristo Jesús.  Amén.